CARACAS.- Simón Bolívar se puso hoy al frente de una particular tropa de más de 1.500 personas desnudas. Pero la multitud se congregó al llamado de otro hombre: el fotógrafo Spencer Tunick. Frente a una estatua del héroe de la independencia venezolana, los asistentes se quitaron la ropa para participar en el mosaico humano del artista.
Tunick daba instrucciones a través de un megáfono, mientras cuerpos desnudos de todas las edades, formas, tamaños y tonalidades se congregaban en la avenida Bolívar y en las escaleras frente a la estatua de bronce en el centro de Caracas, justo antes de que despuntara el alba.
Los participantes en el mosaico desnudo, que Tunick llama "instalaciones temporales relacionadas con un espacio", posaron de pie, acostados y de rodillas mientras un cálido sol caribeño emergía al este del horizonte. Esporádicas manifestaciones de alegría y movimientos de la entusiasmada multitud dificultaron las tomas por momentos, señaló Tunick.
"Fue difícil trabajar porque la gente era muy exuberante, por eso tomó un poco más de tiempo, pero obtuve lo que quería", agregó.
"Todo es positivo, todo es bueno: el cuerpo representa la belleza, el amor y la paz", añadió el fotógrafo. "Hoy hubo mucha belleza y energía en la gente. Me ayudaron a hacer una pieza de arte".
Tunick fotografió desde dos ángulos opuestos. De un lado usó dos edificios con largas columnas que se curvan hacia el cielo semejando un tórax gigante como fondo, y del otro usó una bifurcación de la amplia avenida bordeada por árboles.
"Elegí esta locación porque sentí que los edificios eran una especie de ballena muerta en la Antártica que pierde toda su piel, y queda en sus huesos", explicó.