CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI clausuró este sábado con una ceremonia pública en la plaza de San Pedro el primer Consistorio de su pontificado durante el cual proclamó 15 nuevos cardenales y relanzó el rol del Colegio Cardenalicio como "senado" de la Iglesia.
Durante la ceremonia, el Papa colocó el anillo cardenalicio a los 15 nuevos cardenales, entre ellos al arzobispo de Caracas (Venezuela), Jorge Urosa, y de Toledo (España), Antonio Cañizares, quienes los recibieron arrodillados.
Con la entrega del anillo de oro, símbolo de su fidelidad a la Iglesia y al Papa, Benedicto XVI entiende "confirmar y reforzar" el compromiso de los nuevos cardenales de cumplir la "misión de esposos" de la Iglesia, dijo durante la homilía.
"Que recibir este anillo sea para ustedes renovar el ’sí’, el ’aquí estoy’ a Jesús, que los escogió, y a la Iglesia, que los llamó a servirla con amor conyugal", afirmó.
En su homilía, pronunciada ante miles de religiosos, fieles y autoridades de los países de proveniencia de los nuevos purpurados, el Papa volvió a relanzar el papel del Colegio Cardenalicio, calificándolo siempre de "Senado" de la Iglesia.
La víspera el Papa les había pedido que lo ayudaran a alcanzar "la plena unidad de los cristianos" y a defender a los "pequeños y pobres" para edificar la "civilización del amor".
El Papa invitó a todos los católicos y en particular a la jerarquía de la Iglesia a edificar "la Iglesia en la caridad, como comunidad de amor", añadió.
"Para lograr ese fin, queridos hermanos cardenales, necesito de vuestra cercanía, espiritual y eficaz, que es de gran apoyo y conforto", afirmó.
Benedicto XVI hizo también un llamamiento al Colegio Cardenalicio para que ayude a la Iglesia "a irradiar en el mundo el amor de Cristo".
Como suele hacer con frecuencia, el primer Papa alemán de la era moderna recordó a su predecesor Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril del 2005 y cuyo pontificado hace un año entró "en la última fase, dolorosa y triunfal", afirmó.
Los primeros cardenales del pontificado de Benedicto XVI, de los cuales 12 tienen menos de 80 años, provienen de once países diferentes, ocho son europeos, tres asiáticos, dos estadounidenses, uno africano y sólo uno es latinoamericano.
"Siento mi designación como un gesto de amor del Papa hacia Venezuela y como una forma de fortalecer la iglesia de toda América Latina", declaró a la AFP el cardenal Urosa, quien prometió trabajar por el diálogo y la paz en su país.
"La iglesia colombiana es un ejemplo para mí. No ha dejado de trabajar para construir la paz, el diálogo, de contribuir a resolver los problemas del país. Queremos hacer lo mismo en Venezuela", aseguró el nuevo purpurado.
Algunos de los nuevos cardenales son conocidos en sus países por sus posiciones, entre ellos el arzobispo de Hong Kong, Joseph Zen Ze-Kiun, quien ha criticado duramente al gobierno de China, por lo que ha recibido advertencias de las autoridades comunistas.
"Veo una apertura y no un cierre por parte de las autoridades chinas", comentó por su parte monseñor Giovanni Lajola, reponsable de la relaciones diplomáticas de la Santa Sede a medios de prensa chinos.
La normalización de los relaciones con China, el país más poblado del mundo, es una de las prioridades del pontífice.
El primer Consistorio Ordinario Público de la era de Benedicto XVI inició el jueves con una jornada de "oración y reflexión" de todos los miembros del Colegio Cardenalicio, formado por 120 electores de menos de 80 años y 73 que no podrán elegir Papa por haber superado la edad límite.
Durante la reunión, celebrada a puerta cerrada, cerca de 150 cardenales del mundo entero fueron consultados sobre asuntos clave para la Iglesia, como el cisma de los lefebvrianos, las difíciles relaciones con el islam y la intolerancia religiosa.
Todo parece indicar que el nuevo pontífice cuenta con el "senado" de la Iglesia para introducir una serie de reformas y cambios que agilicen su gestión.
