ROMA.- El afgano Abdul Rahman, que se enfrenta en su país a la pena de muerte por convertirse al cristianismo, dice en una entrevista que publica hoy el diario italiano "La Repubblica", que no tiene nada de qué arrepentirse por haber abandonado el Islám.
Rahman, de 41 años, está en la prisión de Pulicharkhy en régimen de aislamiento, pero el diario señala que le hizo llegar las preguntas de la entrevista a través del "representante de una organización de Derechos Humanos".
"No quiero morir, pero si Dios lo decidiera, estoy preparado a afrontar mis decisiones hasta el final", señala Rahman, que se convirtió al cristianismo cuando tenía 25 años y ahora está acusado de apostasía por "rechazar el Islám", delito castigado con la pena capital en su país, que se rige por la ley coránica Sharia.
Rahman afirma que conoce la ley afgana, pero que "nadie es juez de las propias creencias, sobre todo las religiosas. Sólo El, Dios, el Dios de todos, puede juzgarnos".
Además asegura que está "sereno" pues sabe que tiene razón y agrega: "no he hecho nada de lo que arrepentirme (...) he elegido hacerme cristiano y esto, para mí, para mi alma, no es una culpa".
En la entrevista, Rahman recuerda que salió de Afganistán hace 16 años, en dirección a Pakistán, donde trabajó para una organización humanitaria cristiana, con cuyos componentes empezó a hablar de religión y leyó la Biblia lo que le abrió "el corazón y la mente".
El caso ha provocado una fuerte controversia internacional y ayer el Vaticano informó de que el Papa Benedicto XVI envió una carta al presidente afgano, Hamid Karzi, sobre la suerte de Rahman.
La misiva, con fecha del pasado día 22 y escrita en nombre del Papa por el secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano, señala que "abandonar el caso contra el señor Rahman concedería un gran honor la pueblo afgano y provocaría la admiración unánime de la comunidad internacional".