JERUSALÉN.- Más de cinco millones de israelíes están llamados hoy a votar en unas elecciones en las que se teme una baja participación, a pesar de que de su resultado dependerá en parte el futuro del país con sus vecinos palestinos.
A las 14:00 horas locales (08:00 en Chile), siete horas después de la apertura de los colegios, había votado un 30 por ciento de los 5.014.622 inscritos, lo que supone el nivel más bajo de la historia electoral del país.
Si se mantiene esta tendencia hasta el cierre de los colegios a las 22:00 horas, la Comisión estima que la participación será de un 60%, cuando habitualmente ronda el 70%.
Según los analistas, la alta abstención perjudicaría a los grandes partidos moderados frente a las formaciones radicales, en particular ortodoxos y ultra-nacionalistas, cuyo electorado se suele movilizar.
Por ello, hasta el último momento, los tres grandes partidos: Kadima, de centro derecha y a los que los sondeos dan como vencedor, el Partido Laborista y el Likud, nacionalista, han estado tratando hasta el último momento de captar votos.
Cerca del colegio electoral de Beit HaJaial, en Jerusalén, dos jóvenes aprovechaban la ley electoral que permite hacer propaganda el día de los comicios -siempre que sea a 25 metros de las urnas- para animar a los votantes a decantarse por Kadima, diciéndoles "adelante,” que es lo que significa el nombre del partido en hebreo.
El líder del Likud, Benjamin Neyanyahu, estuvo hasta el último día llamando a los israelíes por teléfono (no personalmente, sino mediante una grabación) para animar a los que abandonaron su partido para pasarse a Kadima a “regresar a casa”.
Seguridad
En total, 8.280 centros de votación funcionan hoy en Israel, entre ellos 188 en hospitales, 51 en cárceles y 200 en cuarteles. Unos 25.000 policías y militares se encargan de la seguridad en esta jornada en la que impera el máximo nivel de alerta y se han cerrado los puestos fronterizos con Gaza.
De momento se ha producido un solo incidente: dos pastores beduinos murieron por la explosión de un viejo cohete Kasam en el desierto del Néguev.
Debido a las medidas de seguridad, y para evitar que su presencia creara grandes trastornos a los demás votantes, el Primer Ministro en funciones, Ehud Olmert, de Kadima, votó pocos minutos después de la apertura de los colegios, a las 07:00 locales.
Si, como preven los sondeos, Kadima gana las elecciones, Olmert tendrá seis semanas para formar gobierno.
La coalición más probable, ya que el panorama político en Israel está muy fraccionado y ningún partido suele lograr mayoría para gobernar en solitario, será la de Kadima con los laboristas y con otros partidos que acepten su plan de retirada unilateral de los territorios palestinos si no prosperan las negociaciones de paz.
Los resultados oficiales definitivos no se conocerán hasta el 4 de abril, pero a partir del cierre de los colegios las televisiones darán pronósticos y sondeos a pie de urna.