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Estudio revela que los cerebros de niños muy inteligentes maduran más lento

Aunque no se conocen las causas, los expertos no descartan que esto se deba a la acción de los factores ambientales —tales como la estimulación del intelecto—en el nivel de inteligencia del menor.

29 de Marzo de 2006 | 14:53 | AP
NUEVA YORK.— Los niños muy inteligentes pueden parecer adelantados al resto en muchos sentidos, pero según un nuevo estudio, maduran más lentamente en cuanto a la parte "pensante" del cerebro.

La corteza cerebral se engrosa y luego se afina durante la infancia y la adolescencia. El estudio reveló que en los niños con inteligencia superior, la corteza alcanza su máximo desarrollo a una edad más avanzada que en los demás.

Nadie conoce la causa ni cómo se relaciona con la inteligencia superior, pero los investigadores dijeron que no se descarta la acción de los factores ambientales —tales como la estimulación del intelecto— en el nivel de inteligencia del menor.

El retraso podría mejorar la inteligencia porque el niño es mayor y procesa experiencias más complejas, mientras la corteza se engrosa, dijo la doctora Judith Rapoport, una de las autoras del estudio que aparece en la revista "Nature".

Rapoport, junto con el investigador Philip Shaw y colaboradores en el Instituto Nacional de Salud Mental estudiaron la evolución de la corteza en 307 niños, mediante sucesivas resonancias magnéticas desde la infancia hasta el fin de la adolescencia.

El estudio es concluyente en cuanto al desarrollo de la corteza en la parte frontal del cerebro y una franja en la parte más alta, los sectores donde se realizan tareas mentales complejas, dijo Shaw.

Máximo desarrollo pasados los 11 años

El análisis halló que los niños con mayor coeficiente de inteligencia —de 121 a 149— no alcanzaron el máximo grosor hasta los 11 años, mientras los menores un poco menos inteligentes alcanzaron ese grosor a los nueve años y los de inteligencia promedio a los seis años.

En todos los casos, la corteza se adelgazaba a medida que el niño maduraba.

Nadie sabe por qué la corteza se engrosa y luego adelgaza, dijo Shaw. "Por eso es imposible saber por qué esos cambios están relacionados con la inteligencia. La estimulación del intelecto afecta la evolución del cerebro y probablemente cumple alguna función", añadió.

Las conclusiones del estudio "de ninguna manera son una receta para alterar la inteligencia", dijo el investigador. Tampoco sugieren que una resonancia magnética indicará el grado de inteligencia del individuo.
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