CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI rindió hoy homenaje a Juan Pablo II y a su "coherente testimonio de fe" que dejó su signo en la historia "de la Iglesia y de la humanidad", tocando el corazón de mucha gente de "buena voluntad".
El pontífice recordó, antes de la recitación del Angelus, la "inmensa herencia" de su predecesor, Karol Wojtyla, fallecido el 2 de abril de 2005.
Decenas de miles de personas provenientes de todo el mundo concurrieron a plaza San Pedro para escuchar al Papa en ocasión del primer aniversario de la muerte del pontífice polaco y orar para que sea hecho santo ya, como pidieron hace un año en ocasión de sus exequias.
Los peregrinos llegados de Italia, Polonia, Estados Unidos y Asia participaron ya en una serie de homenajes, que incluirán un momento de silencio a las 21:37 locales, hora en la cual el Papa murió hace un año.
Benedicto XVI, hablando hoy antes del Angelus, recordó como su predecesor ha "dejado una huella profunda en la historia de la Iglesia y de la humanidad".
El pontífice hizo referencia "a la inmensa herencia" dejada por Wojtyla: "un año después de su muerte, este gran Papa nos ha legado una herencia inmensa", afirmó Benedicto XVI con voz emocionada, durante el homenaje a Juan Pablo II pronunciado desde la ventana de su estudio ante varias decenas de miles de fieles que llegaron a la Plaza San Pedro para escucharlo.
"Juan Pablo II murió así como siempre vivió, animado por el coraje de la fe, abandonándose a Dios y confiándose a María", dijo el pontífice.
Ratzinger, que mañana por la tarde oficiará una misa de recuerdo, evocó cuanto sufrió el Papa sin lamentarse y que Juan Pablo II falleció en el mismo apartamento desde donde él estaba hablando.
"En los últimos años el Señor lo privó gradualmente de todo...cuando ya no podía viajar más y luego ni siquiera caminar ni hablar, su gesto, su anuncio se redujo a lo esencial, al don de sí mismo hasta lo último", dijo. Su muerte "fue el cumplimiento de un coherente testimonio de fe, fue un peregrino de fe, de amor y de esperanza que dejó una señal profunda en la historia de la Iglesia y de la humanidad".
El mensaje de su largo pontificado se puede resumir en las palabras con las cuales lo quiso inaugurar, aquí en plaza San Pedro, el 22 de octubre de 1978: "abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo".
Mientras el Papa hablaba desde su estudio, numerosos fieles agitaban banderas para recordar a Wojtyla, para orar por él pero también pidiendo que sea proclamado santo lo más pronto posible.
El cardenal chileno Jorge Estévez Medina, prefecto emérito de la Congregación del culto divino, declaró hoy "para mí, Juan Pablo II era realmente santo". "Recuerdo un gran sacerdote, un maestro de fe. Recuerdo su humanidad, su simplicidad, el valor humano extraordinario y su gran humildad. Lo soñamos beato y queremos su canonización", remató el purpurado.
Benedicto XVI rendirá un segundo homenaje a su predecesor esta noche a la hora exacta de su deceso, con la lectura de plegarias del rosario desde la ventana de su estudio. Más de 100.000 personas son esperadas para esta plegaria en la plaza San Pedro.