BERLIN.- Adolf Hitler quería secuestrar y matar a Pio XII que, en conocimiento de estos planes, pensó primero en defender a los habitantes del Vaticano y "tenía ya lista una declaración de renuncia", según un libro que hoy anticipó en parte el diario Bild.
De ese modo, la persona que habrían tenido en sus manos los alemanes habría sido "el cardenal (Eugenio) Pacelli y no el papa Pío XII", subraya la publicación.
El título del nuevo volumen es "Espías en el Vaticano. Los papas en la mira de los servicios secretos", y sus autores son dos teólogos, Werner Kaltefleiter y Hans Peter Oschwald.
Ambos reunieron gran cantidad de material sobre el tema recurriendo incluso a información reservada.
El capítulo titulado "Muerte y detención del Papa" presenta una serie de indicios que podrían pertenecer a un "filme sobre la mafia".
El 30 de enero de 1946, publicó el Bild, el diario militar norteamericano, Stars and Stripes, informaba sobre una orden de Hilter para matar al papa.
Dos días más tarde, el general alemán Erwin Lahousen -opositor al régimen nazi-dando su testimonio en Nuremberg afirmó refiriéndose a los hechos que "debieron ocurrir en la primavera de 1943".
Los aliados desembarcaron poco después en Sicilia y el gobierno fascista italiano de Benito Mussolini cayó.
Los jueces de Nuremberg preguntaron si era verdad que la intención era secuestrar al papa y Lahousen respondió: "No, lo queríamos matar".
Según el ex general de las SS, como lugar de eventual exilio de Pío XII, en la denominada "Operación Rabat", se había elegido el castillo de Lichtenstein, en la región sur de Svevia.
También el general de los servicios secretos Hans Oster, que en 1945 fue ahorcado por los nazis por su actividad contraria al régimen, había revelado en 1943: "Tengo información de que estos elementos quieren liberar a Mussolini y eliminar al papa y al rey (de Italia)".