KARACHI, Pakistán.- Las autoridades cerraron el miércoles las escuelas en Karachi para impedir que los estudiantes se manifestaran en protesta a un atentado suicida ocurrido la víspera en un servicio religioso sunita, donde murieron al menos 56 personas y varias más resultaron heridas, dijeron funcionarios.
Muchos negocios estuvieron cerrados y la mayor parte del transporte público fue detenido en la ciudad en protesta por el ataque del martes, cuando se registraron las detonaciones en medio de 10.000 religiosos y fieles sunitas reunidos en un parque céntrico para un servicio con motivo del nacimiento de Mahoma.
El acto fue organizado por un grupo conformado por grupos moderados, encabezados por el movimiento Tehrik, cuyos tres principales líderes se cuentan entre los muertos. Al menos 100 personas resultaron heridas, dijeron las autoridades.
Los grupos sunitas de línea dura están enfrentados con los más moderados y consideran como una ofensa las ceremonias públicas por el nacimiento del profeta.
La policía trata de determinar si fueron dos los atacantes suicidas que realizaron el atentado, luego de descubrir dos cabezas arrancadas cerca del escenario principal del acto, pero el miércoles se dijo que todo parecía ser obra de un solo militante.
"Identificamos una de las cabezas como la de un técnico de sonido que trabajaba cerca del escenario y ahora pensamos que solamente participó un atacante suicida", dijo el jefe de policía de Karachi, Niaz Siddiqui, a The Associated Press.
Se desconoce quiénes son los responsables del ataque, uno de los más mortales en Pakistán, importante aliado de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.
Incidentes similares han estado relacionados con las rivalidades entre chiítas y sunitas o las divisiones entre los más moderados y los más radicales entre los seguidores del rito sunita. La mayor parte de los ataques son achacados a grupos extremistas proscritos, pero pocas veces algunos de ellos ha reclamado la autoría de esos actos.