ROMA.- El Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, continuó hoy su batalla para impugnar el resultado de las elecciones legislativas denunciando "chanchullos de todo tipo" y exigiendo la verificación de todas las actas de los comicios.
"Los resultados van a cambiar porque hay chanchullos, fraudes de todo tipo, en toda Italia y con hechos precisos", afirmó el miércoles en la noche Silvio Berlusconi, tras una reunión con el Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.
"He hablado con todos los coordinadores de mi partido Forza Italia y con representantes de las demás formaciones. Hay errores en las sumas, en los datos, indicaciones equivocadas", aseguró.
"Hay que controlar los procesos verbales de 60.000 mesas electorales, nos hemos dado cuenta de que hay muchas, pero muchísimas irregularidades" agregó el jefe de Gobierno.
"Los chanchullos afectan sólo a una parte política", sostiene Berlusconi, quien no quiere reconocer la victoria del progresista Romano Prodi, decretada el martes tras la divulgación de los resultados oficiales por parte del ministerio del Interior, que le dan una ventaja ajustada de sólo 25.000 votos en la Cámara de Diputados y de dos escaños en el Senado.
"¿Ustedes creen que se han liberado de mí?", comentó con ironía Il Cavaliere quien dos días antes había propuesto a sus adversarios la formación de una gran coalición tomando como ejemplo la formada recientemente en Alemania.
Prodi volvió a reivindicar su victoria e incluso ilustró a grandes líneas sus planes de gobierno, como la reducción de la carga fiscal para los trabajadores y acabar con el monopolio televisivo de Berlusconi.
La victoria de Prodi está en manos de un centenar de jueces encargados de establecer el resultado definitivo y verificar cuántas de las 80.000 boletas impugnadas (43.028 en la Cámara de Diputados y 39.833 en el Senado) son válidas.
Los encargados de verificar los votos en litigio son un centenar de jueces designados por el tribunal de Apelación y distribuidos en todas las provincias. El recuento integral de los casi 40 millones de votos emitidos está prohibido por ley.
Silvio Berlusconi había advertido desde antes de las elecciones la posibilidad de fraudes y llegó a pedir la presencia de observadores de las Naciones Unidas, aceptando indirectamente su incapacidad para coordinar la realización correcta de las elecciones.
Según la prensa, Berlusconi le pidió al Presidente Ciampi que firme un decreto excepcional que autorice un nuevo recuento de cerca dos millones de votos, entre ellos los blancos y los anulados.
Los votos extranjeros serían los más dudosos
Numerosas irregularidades han sido denunciadas en estos días, sobre todo por parte de miembros de Forza Italia.
"¿Dónde están los 38.500 sufragios que se perdieron durante el viaje del consulado de Suiza a Roma?", se interrogó el diputado de Forza Italia, Dario Rivolta, quien denunció la pérdida de una parte de los 188.500 votos de los italianos que votaron en ese país.
Los votos en el extranjero se perfilan como los más dudosos. Según Rivolta, hubo "mercado negro de votos" en Buenos Aires y pidió que se anularan los votos procedentes de Argentina.
Pero el juez a cargo del proceso electoral de esa circunscripción lo negó, según informaron fuentes de prensa locales.
"No hay diferencias numéricas entre la documentación llegada de los consulados y lo que se contabilizó en Castelnuovo de Porto", el centro nacional de contabilización creado a las afueras de Roma.
Más de un millón de italianos residentes en el extranjero votaron en las elecciones, 20% de ellos en Argentina, y su voto resulta determinante para la victoria de la coalición de centro-izquierda de Prodi.