LA HABANA.- El diplomático checo Stanislav Kázecky, a quien Cuba no prorrogó el visado y dio un plazo de 72 horas para abandonar el país, rechazó hoy las acusaciones del Gobierno de la isla, según las cuales estaría realizando actividades "subversivas".
"Estoy acreditado en Cuba como diplomático, representando a un Estado independiente, y estoy cumpliendo lo que está definido en la política exterior checa", dijo Kázecky en declaraciones a la prensa extranjera.
El diplomático recordó que su misión en Cuba comenzó en abril de 2004 como primer secretario, encargado de los asuntos políticos, culturales y prensa de la embajada de la República Checa.
"Quiero decir que no he entrado en ninguna instalación militar y, mucho menos, fue mi intención entrar en esos lugares", recalcó.
Consideró que la decisión del Gobierno cubano de no renovar su visado, de la cual se informó el miércoles a la Embajada checa en La Habana, "fue bastante inesperada, hace sólo 48 horas que la conocí y es un hecho sin precedentes".
Kázecky dijo que no ha recibido "ninguna explicación" del Gobierno de la isla al respecto, sin embargo, aunque "la palabra expulsión nunca fue utilizada", consideró que esta reacción "deja bastante claro que no es una situación muy normal".
Asimismo, señaló que "el encargado de negocios checo pidió una entrevista con las autoridades de la Cancillería cubana el jueves, pero no fue concedida".
"Es verdad que, en la definición de política exterior, es un interés el cumplimiento de los derechos humanos en Cuba y, eso, es algo importante que pensamos hay que cumplir y trabajar", comentó.
El diplomático checo, que anteriormente había estado destinado en Santiago de Chile y Bucarest, apuntó que "cambiar tu vida en tres días es un poco difícil, pero es algo que trae nuestro trabajo".
Por su parte, Cuba acusó este viernes a Kázecky de trabajar para Estados Unidos y de realizar actividades "subversivas" en la isla.
El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo hoy que Cuba decidió no renovar la visa de Kázecky en el ejercicio de su soberanía.
Pérez Roque explicó a un grupo de periodistas que la decisión se debió a que el diplomático checo "viola continuamente las regulaciones de la Convención de Viena, no se comporta como un diplomático y realiza continuamente trabajo de inteligencia y tarea subversiva".
Según el ministro cubano, el diplomático checo "trabaja aquí realmente no para el Gobierno checo, sino para el gobierno de EE.UU.".
Además, el canciller cubano dijo que Kázecky "cumple indicaciones de los servicios especiales norteamericanos, trabaja estrechamente con los aparatos de subversión de EE.UU., se dedica a distribuir dinero e imprimir materiales, a intentar abastecer a los grupos mercenarios y ayudar al Gobierno de los Estados Unidos en eso".
Por su parte, el Gobierno de la república Checa criticó con dureza la decisión de La Habana, la que interpreta como una expulsión y, según refirió el canciller Pérez Roque, Praga anunció una medida de reciprocidad al no renovar el visado a un funcionario de la embajada cubana en Praga.