LA PAZ.- El gobierno de Bolivia pospuso para las próximas semanas el lanzamiento del decreto de nacionalización de los hidrocarburos por razones de planificación.
El vocero presidencial Alex Contreras dijo en declaraciones publicadas por el diario El Deber que la nacionalización "merece una planificación" y que el gobierno emitirá el decreto "en el marco de una fiesta nacional y no en medio de una festividad religiosa", como es la Semana Santa.
El ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz, que había dicho que sólo aguardaba "la última palabra del presidente" expresó que la firma deberá esperar "unas semanas".
Algunas versiones periodísticas indican que la demora se debería a que el gobierno busca una fecha más cercana a la elección de representantes para la Asamblea Constituyente, prevista para el 2 de julio.
El presidente Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo (MAS) están plenamente abocados a ganar esas elecciones. La oposición y otros sectores han denunciado, por esa razón, que el mandatario no gobierna y que su única preocupación es hacer campaña.
Víctor Hugo Sáenz, nuevo superintendente de hidrocarburos, dijo el viernes durante su toma de juramento que el decreto "no puede traer ninguna preocupación a nadie, más bien pienso que ha de hacer que los bolivianos ahora seamos dueños... de todos nuestros hidrocarburos", señaló.
Sáenz, quien según Soliz fue designado para "desmontar el aparato neoliberal" en la Superintendencia, repitió palabras de Morales de que Bolivia quiere "socios y no patrones".
Ratificó que la nacionalización no implicará la expulsión de las transnacionales petroleras, como reclaman sectores radicales, sino más bien la negociación de nuevos contratos, donde se asuma que el estado boliviano "controlará toda la cadena productiva".
"Están abiertas las puertas para que las empresas petroleras puedan seguir trabajando en el país", afirmó.
El funcionario ocupa el puesto de manera interina, pues las superintendencias no deben depender del Ejecutivo, sino del Legislativo.
Pero Morales ha logrado desde su asunción en enero la renuncia de tres superintendentes y ha entregado esos cargos, sin que se sepa hasta cuándo, a allegados.