KATMANDU, Nepal.- El gobierno real de Nepal impuso un toque de queda el viernes en la capital y áreas aledañas luego de que tres personas murieran en la víspera por enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y miles de manifestantes.
Un oficial del gobierno, hablando en condición de anonimato al no estar autorizado para conversar con la prensa, indicó que el estado de sitio era necesario para evitar posibles movimientos de la oposición contra el régimen del rey Gyanendra, que amenazaban con repertir los disturbios del jueves.
El estado de sitio rige de las 9 am a las 8 pm, y cubre Katmandú y los suburbios de Lilitpur y Bhaktapur, informó la emisora radial oficial.
En la capital se vive una huelga general desde el 6 de abril, convocada por la oposición. En consecuencia ya se ha reportado escasez de alimentos y aceite de cocina.
El decreto advertía a la población no salir a la calle mientras rija el toque de queda, pues las autoridades dispararían a aquellos que violaran el decreto. El anuncio oficial destacaba que la medida había sido tomada "para proteger la población, la propiedad y la paz".
A primera hora del viernes, la población acudió masivamente a supermercados en busca de provisiones antes de que empezara el toque de queda. Más tarde, soldados y policías patrullaban las calles con órdenes de disparar a cualquiera que violara el toque de queda.
El jueves, un toque de queda rigió en la capital. Aún así, se generaron disturbios cuando la policía disparó contra decenas de miles de manifestantes que marcharon a la capital, con un saldo de tres muertos y decenas de heridos, dijeron testigos y personal hospitalario.
Los médicos del Hospital Modelo de Katmandú dijeron que tres personas murieron y 40 se hallaban en estado crítico. Las fuentes hablaron bajo la condición de no ser identificadas.
"Nuestros voluntarios han recogido varios heridos y nos dicen que hay muchos heridos más que aguardan el rescate", dijo Kunjan Aryal, del grupo de derechos humanos INSEC-Nepal.
Al menos once personas han muerto en dos semanas de protestas en Nepal, en las que miles de manifestantes han exigido el fin del poder absoluto del monarca y el retorno de la democracia. El rey Gyanendra destituyó a todo el gobierno, incluyendo el Primer ministro, en febrero de 2005.
Los manifestantes marchaban hacia el centro de Katmandú desde distintos puntos el jueves, y miles de personas más realizaron un acto en Gangabu, fuera de la zona de toque de queda, bajo la mirada de policías y soldados.
Vecinos en el centro de Katmandú salieron a sus tejados a soplar silbatos y golpear cacerolas. Se comunicaban con teléfonos móviles para tratar de organizar manifestaciones.
"Estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas por la nación porque están a punto de matarnos, pero eso no nos preocupa", dijo Sangam Poudel, un estudiante de 22 años. "Es por la nación y sin la nación no hay vida".
Diplomáticos, periodistas y grupos de derechos humanos no recibieron pases especiales para salir a la calle como en otras ocasiones.
La policía alejaba a los periodistas de las protestas, y a algunos extranjeros los llevó a la fuerza a sus hoteles.