BAGDAD.- La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, llegó hoy a Bagdad en una visita sorpresa para reunirse allí con su colega el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y coordinar la asistencia política y militar que Estados Unidos espera dar a los nuevos líderes iraquíes.
Rice llegó a primera hora de la tarde a la capital iraquí proveniente de Ankara, donde realizó una visita de trabajo.
Cuatro días después del nombramiento del chiita Jawad al Maliki en el puesto de Primer Ministro, Rumsfeld y Rice realizan un viaje no anunciado a Irak, demostrando que Estados Unidos otorga una gran importancia al proceso político que se inicia en ese país.
Maliki es el segundo en la jerarquía del partido conservador chiita Dawa.
"Ahora que entramos en esta nueva etapa (...) y cuando buscamos transferir responsabilidades a los iraquíes (...), queremos garantizar que no haya confusión entre lo que hacemos en el plano político y lo que realizamos en el plano militar", declaró Rice a unos periodistas en el avión que la llevaba a Bagdad.
"Es un buen momento para venir, realizar esfuerzos, reuniones y discusiones conjuntas con nuestro personal, para garantizar que los lazos entre lo político y lo militar sean sólidos", agregó.
Rumsfeld, por su parte, estimó en Bagdad que el número de soldados desplegados en Irak dependerá del nuevo gobierno.
"La cuestión del número de tropas desplegadas en Irak dependerá de la evolución de la situación en la región y de las discusiones con el nuevo gobierno", declaró después de reunirse con el general George Casey, comandante de la Fuerza Multinacional.
El nuevo gobierno deberá estar compuesto de "personas competentes y que comprendan sus responsabilidades, no de personas que representen a confesiones o comunidades, sino ministros para todos los iraquíes que reconozcan la importancia de combatir la corrupción", según Rumsfeld.
El ministro de Defensa norteamericano recordó que el mandato confiado por Naciones Unidas a la Fuerza Multinacional en Irak expirará a finales de 2006.
El Presidente George W. Bush pidió a Rumsfeld "que muestre nuestro respaldo al nuevo gobierno" iraquí, indicó Eric Ruff, responsable de prensa del Pentágono.
Casey, que el año pasado anunció que iba a recomendar "reducciones sustanciales de efectivos" durante 2006, estimó después de su encuentro con Rumsfeld que el nombramiento de Maliki constituye una etapa importante para la retirada de tropas norteamericanas.
"Ahora vemos un poco más claro. Esperemos que el gobierno esté formado y veamos cómo actúa. Pero sigo confiando en el plazo que fijé", dijo Casey.
Unos 132.000 soldados norteamericanos están desplegados en Irak actualmente. Desde la invasión del país, en marzo de 2003, 2.392 de ellos han muerto, según un recuento basado en cifras del Pentágono.