SANTA CRUZ.- El ex dictador boliviano Luis García Meza (1980-1981) reveló que el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuyos restos están desaparecidos desde 1980, fue quemado en los hornos de una fundición, según informó este sábado el diario El Deber.
La revelación fue hecha por García Meza al ex director de Régimen Penitenciario Tomás Molina, quien lo entrevistó cinco veces para escribir el libro "Testimonio de un dictador", que será publicado la próxima semana.
Quiroga Santa Cruz, jefe del Partido Socialista Uno, fue asesinado el 17 de abril de 1980 por paramilitares que asaltaron la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) durante el golpe de García Meza.
Sus restos se buscan desde hace varios años y recientemente el Presidente boliviano, Evo Morales, insinuó a los militares que revelaran su paradero.
Según el ex dictador, el ex coronel Luis Arce Gómez, quien fue su ministro del Interior y actualmente está preso en Estados Unidos por narcotráfico, ordenó llevar los restos de Quiroga Santa Cruz a los hornos de la fundidora Vinto, cerca de la ciudad andina de Oruro.
"A Marcelo Quiroga Santa Cruz parece que se lo llevaron hacia Achocalla (sur de La Paz) a quererlo quemar. Estuvieron toda la noche queriéndolo quemar y no lo quemaron, se chamuscó nada más", dijo García Meza.
"De ahí volvieron. El coronel Arce Gómez es el que después ordena que lo lleven a los hornos de la fundación de Vinto a hacerlo quemar", aseveró el ex dictador, según el libro de Molina.
García Meza dijo que él había ordenado que se hiciera una autopsia al cadáver y se lo llevase a una morgue, pero sus instrucciones no fueron cumplidas.
El matutino de la ciudad de Santa Cruz señaló además que las revelaciones de García Meza también permiten determinar que el presunto asesino de Quiroga Santa Cruz fue el capitán Franz Pizarro Solano, el cual, según el ex dictador, fue enviado luego a Japón y se le dio por desaparecido.
Las entrevistas de Molina a García Meza fueron realizadas entre el 12 de noviembre de 1999 y el 13 de junio de 2005 en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en el altiplano, y en el hospital militar donde estuvo internado por problemas del corazón.
Desde 1996, García Meza cumple 30 años de presidio sin derecho a indulto por los delitos de asesinato, narcotráfico y violación de derechos humanos, entre otros.