LONDRES.- El primer ministro británico, Tony Blair, se negó a garantizar este sábado la permanencia como ministro del Interior de Charles Clarke, actualmente involucrado en una fuerte polémica por la excarcelación errónea de cientos de presos extranjeros que deberían haber sido expulsados.
En una entrevista publicada por el diario News of the World, Blair afirmó que el futuro de Clarke "depende de lo que ocurra", mientras 200 policías intentan encontrar a los criminales liberados sin haber sido deportados.
Clarke asumió el martes la responsabilidad de los errores administrativos de los servicios penitenciarios y de inmigración británicos, que dejaron en libertad desde 1999 a más de 1.000 extranjeros -varios de ellos condenados por homicidio y violaciones-, que deberían haber sido expulsados de Gran Bretaña.
El Primer Ministro confirmó que rechazó totalmente la oferta del propio ministro del Interior de renunciar a su cargo tras el descubrimiento del escándalo, porque Clarke había estado intentando resolver el asunto.
El nuevo escándalo amenaza con empañar aún más la imagen de un Blair que se presenta como el paladín de la seguridad y del respeto al orden público.
Sin embargo, como respuesta a si cambiaría de opinión si uno de los presos puestos en libertad cometiese un crimen grave, Blair contestó "no saber" y no estar dispuesto a especular. "Todo depende de lo que pase", aseguró.