CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI criticó duramente la decisión de la Iglesia Católica oficial de China de haber ordenado dos obispos sin su consentimiento, lo que generó la mayor crisis diplomática de su pontificado.
"El Santo Padre está muy contrariado con esa noticia, ya que un acto tan importante para la vida de la Iglesia, como es una ordenación episcopal, fue aplicado en dos casos sin respetar las exigencias de comunión con el Papa", anunció en un comunicado el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls.
"Se trata de una grave herida para la unidad de la Iglesia, para la cual el Código de Derecho Cánonico prevé severas sanciones", sostiene el texto, que cita el artículo 1382, que implica la excomunión automática.
La declaración no especifica si los prelados serán excomulgados por el Papa o si se trata de un amenaza.
Según algunas fuentes se trata de una excomunión automática, pero un experto en derecho canónico consultado por la AFP aseguró que la Iglesia primero abre un proceso que puede llegar a durar varios años y que la excomunión deja de ser automática si las ordenaciones fueron aceptadas por amenazas.
En el comunicado oficial, el Vaticano sostiene que según informaciones de organismos externos a la Iglesia, obispos y sacerdotes fueron sometidos "a fuertes presiones y amenazas" para que asistieran a las ordenaciones, mientras que varios "se opusieron" y otros terminaron por aceptar "con gran sufrimiento interior".
El obispo ultraconservador francés Marcel Lefebvre fue excomulgado en 1988 así como los cuatro obispos que ordenó sin la autorización del Papa de entonces, Juan Pablo II.
El recién proclamado cardenal de Hong Kong, Joseph Zeng, fiel a Roma, quien ha sido siempre muy crítico de las autoridades comunistas chinas, había pedido la intervención del Papa ante el reto de la Iglesia china.
Zen pidió que se suspendan las negociaciones iniciadas con el fin de restablacer relaciones diplomáticas, rotas en 1951.
La ordenación de los dos obispos en China sin la aprobación del Vaticano es una "grave violación de la libertad religiosa", aseguró el portavoz del Papa, quien precisó en el comunicado que son ordenaciones "ilegítimas".
Una crisis similar se vivió en el año 2000 después de la ordenación de cinco obispos sin el aval del Santo Padre.
Culto en la clandestinidad
China no reconoce la autoridad del Papa y sólo permite el culto en los templos aprobados por el gobierno, lo que fuerza a millones de fieles a practicar su fe en la clandestinidad.
Uno de los mayores puntos de disensión entre China y Vaticano es sobre quién tiene la postestad para nombrar obispos, algo que los líderes chinos consideran un asunto interno.
"La Asociación Católica Patriótica, cercana al gobierno chino, va a ordenar unos 20 obispos más con el fin de destruir todo intento de acercamiento entre Beijing y la Santa Sede", escribió la agencia católica de noticias Asianews.
Uno de los prelados nombrados por China es Liu Xihong, de 40 años, considerado como "una persona cercana al gobierno", subrayó Asianews.
El Vaticano rechazó su ordenación en febrero pasado, ya que consideraba que no cumplía con los requisitos para ocupar ese puesto.
Por su parte, el gobierno de Beijing anunció que quiere mejorar sus relaciones con el Vaticano, pese a rechazar las críticas expresadas por la Santa Sede.
"Deseamos sinceramente mejorar las relaciones entre China y el Vaticano y hemos hecho auténticos esfuerzos", declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
China tiene varios millones de católicos divididos entre una Iglesia "patriótica", con unos cuatro millones de fieles, y una Iglesia clandestina fiel al Vaticano, que cuenta con unos diez millones de creyentes.