IGUAZÚ.- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, endureció su postura y aumentó las diferencias en la cumbre de mandatarios celebradas en Iguazú, al señalar que la anulación de las inversiones en su país por parte de la brasileña Petrobras es un "chantaje".
Asimismo reiteró que lo resuelto sobre la nacionalización "es una decisión soberana y no negociaremos nada sobre ese tema" y a continuación agregó "pueden chantajear, pero no es posible que con nuestros recursos tengan una gran empresa y dejen mal la economía de nuestro país".
En tanto, en la antesala del encuentro, Chávez reconoció que las "contadicciones internas" en el bloque sudamericano "generan tensiones", pero dijo confiar en "la voluntad política de los líderes para superarlas".
En la cita, que se extendió por cerca de tres horas, los Presidentes Néstor Kirchner, Luiz Inacio da Silva, Hugo Chávez y Evo Morales evaluaron las implicancias que podrá tener en el precio del gas la decisión de Bolivia.
El primero en llegar al lugar fue el Gobernante argentino, seguido por el Mandatario brasileño. Media hora más tarde lo hicieron Morales y Hugo Chávez.
Kirchner y Lula sostuvieron una reunión privada en el Iguazú Grand Hotel antes de comenzar la reunión, mientras que los presidentes de Venezuela y de Bolivia arribaron juntos, en medio de un gran dispositivo de seguridad, que incluye dos helicópteros, patrulleros y unos 500 efectivos entre policías, gendarmes y militares de Ejército.