LONDRES.- Los servicios de inteligencia británicos no tenían medios suficientes para evitar los atentados del 7 de julio que dejaron 56 muertos y unos 700 heridos en el transporte público londinense, concluyó hoy un informe parlamentario.
"Si se hubiesen invertido más recursos, mayores habrían sido las posibilidades de evitar los atentados" de julio del año pasado contra el transporte público londinense, indicó el informe, que es la primera rendición de cuentas oficial de los atentados.
La indagación concluyó también que los cuatro autores de los atentados del 7 de julio en Londres tuvieron "probablemente" contactos con figuras de la red terrorista Al Qaida,
"Contactos antes de los atentados sugieren que (sus autores) pueden haber recibido consejos o directivas de personas en Pakistán", indicó el informe de la Comisión de Inteligencia y Seguridad del Parlamento británico, cuyas conclusiones fueron divulgadas este jueves.
Sin embargo, "las informaciones de los medios de prensa según las cuales un 'cerebro' (de esos ataques) salió de Gran Bretaña en vísperas de los atentados reflejaba una pista de la indagación que luego fue abandonada" por los investigadores, indicó el esperado informe sobre los ataques.
Terrorismo interno
El informe subrayó también que "se necesita hacer más para mejorar la forma en que los servicios de seguridad y las secciones especiales se unen de manera coherente para hacer frente a la amenaza de terrorismo interno".
El informe reconoce también que el servicio de espionaje británico conocía, antes de julio, a Mohamed Sidique Khan, un maestro británico de origen paquistaní, de 30 años - que fue el supuesto "cabecilla" de los atentados, pero que no lo vigilaron de cerca, "por tener otras prioridades más importante".
Sólo fue tras los ataques que los servicios de inteligencia fueron capaces de identificar a Khan, indicó el documento, que reconoce que las posibilidades de prevenir los ataques del 7 de julio habrían sido mayores si los servicios de seguridad hubiesen tomado diferentes decisiones investigativas" entre el 2003 y el 2005.
El documento advierte que, además de Khan, otro de los kamikazes, Shehzad Tanweer, de 22 años, también era conocido de los servicios de inteligencia, pero que "como habían prioridades más urgentes en el momento, se decidió no invertigarlos o buscar identificarlos".
La comisión bipartidaria del parlamento recomendó entre sus conclusiones un sistema de alertas de amenaza de ataques más transparente.
Los otros dos kamikazes fueron, Hasib Hussain, de 18 años -también británico de origen paquistaní - y Germaine Lindsay, de 19 años, también británico, pero de origen jamaiquino.