RIO DE JANEIRO.- El presidente boliviano Evo Morales se retractó de las críticas que había formulado contra la empresa brasileña Petrobras y acusó a la prensa de pretender crear una crisis entre él y su colega Luiz Inacio Lula da Silva, aseguró el viernes la Agencia Estado.
Morales, al retroceder, admitió que podía haber actuado poco diplomáticamente en la manera con que nacionalizó los yacimientos de gas natural, enviando tropas del ejército a las refinerías y campos productores.
"¿Quién no se equivoca? Podemos equivocarnos. Tal vez cometemos algunos errores", dijo, citado por la agencia.
Los dos presidentes asistieron al cierre de la cumbre de la Union Europea y América Latina en Viena pero no se hablaron, agregó la agencia.
El canciller brasileño Celso Amorim le transmitió la información a Lula, dijo la agencia.
"Quedamos contentos. Veo que lo que él dijo (Morales) es positivo, pues crea condiciones para retomar un diálogo que estaba caminando", expresó Amorim, de acuerdo a la agencia.
En una conferencia de prensa el jueves en Viena, Morales había dicho que más de 70 empresas petroleras que operan en su país trabajaban ilegalmente, pues sus contratos habían sido negociados en secreto, sin conocimiento del Congreso boliviano.
Mencionó específicamente a Petrobras, lo que se convirtió en una chispa que llevó las relaciones de Bolivia con la compañía semi-estatal y con el gobierno de Brasil a sus niveles más bajos en más de un siglo.
Pero ante la reacción que provocaron sus declaraciones, Morales dijo el viernes, según el despacho informativo, que su gobierno quiere tener a la empresa "como socia, para que eso nos permita invertir, resolver con los recursos naturales los problemas económicos y sociales de mi país".
Tras las primeras declaraciones de Morales, el canciller Amorín afirmó el jueves que Brasil estaba "sorprendido" y que "lamentaba" sus afirmaciones.
Y de inmediato advirtió que de la sorpresa y tristeza, el país podría pasar a la "indignación".
Según Agencia Estado, Morales en la conferencia de prensa del viernes dijo que "las negociaciones y el diálogo" en torno a la nacionalización del gas "están siempre abiertos" y anunció para el sábado temprano "una reunión importantísima" con Lula.
"Podemos tener diferencias, no conozco la versión del presidente Lula", dijo Morales, citado por la agencia. "Si él dice que está indignado, puede ser una posición de su gobierno. Nosotros también podemos estar indignados con empresas que explotan ilegalmente nuestros recursos naturales".
Petrobras no formuló ningún comentario ante las nuevas declaraciones de Morales. "Por ahora, las cosas quedan donde estaban", dijo un portavoz de la empresa.
Pero Amorím rechazó de plano una idea lanzada por el ministro boliviano de Minas y Energía, Andres Soliz Rada, quien afirmó que el gasoducto inter-sudamericano no podría darse si Petrobras, que es parcialmente de inversionistas privados, no se volvía enteramente estatal.
"Si Petrobras no participa, no habrá gasoducto del sur. Es bien simple. O entonces tendría que dar una vuelta tan grande que sería el gasoducto del oeste", dijo.
Morales dijo que en la reunión del sábado "con seguridad sentaremos algunas bases para que sigamos aliados como países, como empresas".
El mandatario boliviano también subrayó que, al contrario de Brasil y Venezuela, Bolivia no tiene una empresa petrolera de magnitud, pero que su país "tiene todo el derecho y controlará toda la cadena de producción con sus socios".