ILADO, NIGERIA.— Unos 22 cadáveres calcinados fueron avistados hoy flotando en pantanos ubicados hasta a unos ocho kilómetros de la población de Ilado, en el suroeste de Nigeria, donde un oleoducto averiado explotó el viernes y mató a entre 150 y 200 personas que se habían acercado a la tubería para recoger el petróleo que salía.
A raíz de este hecho, el Presidente Olusegun Obasanjo ordenó que los servicios de seguridad refuercen la vigilancia en la infraestructura que transporta hidrocarburos en el país, informó hoy la radio estatal.
Mientras, el trabajo de los rescatistas continúa hasta que logren terminar con el entierro de las víctimas en tumbas colectivas, tras inhumar ayer a unos 100 fallecidos.
Obasanjo describió esta situación como "grave" y ordenó una investigación sobre las causas del estallido. El Presidente, que se encontraba en Indonesia, pidió un incremento de la vigilancia en las instalaciones petroleras, dijo la radioemisora.
Los milicianos en la región petrolera han atacado oleoductos y otra infraestructura, reduciendo la producción de crudo hasta en una cuarta parte. Sin embargo, no hay indicios de que el incendio del viernes en un ducto fracturado haya sido consecuencia de un sabotaje.
Sólo después que todos los cadáveres sean enterrados en fosas colectivas, las autoridades darán a conocer la cifra definitiva de muertos, indicó el comisionado de Salud del estado de Lagos, Tola Kasali.
Sin embargo, parece improbable que se conozca la cantidad exacta considerando que también se vieron cadáveres flotando en uno de los canales de la región.
La presidencia de la Unión Europea, en tanto, ofreció sus condolencias al gobierno nigeriano.