SAO PAULO.- Treinta y dos personas, de ellas 25 policías, murieron entre la noche del viernes y la madrugada de hoy en Sao Paulo a causa de unos 55 ataques perpetrados supuestamente por pistoleros del crimen organizado, informaron fuentes oficiales.
Unos 29 heridos, entre agentes del orden, ciudadanos y presuntos criminales, dejó también la ofensiva criminal de unas seis horas de duración contra instalaciones de las policías Militar, Civil, de la Guardia Metropolitana y Seguridad Penitenciaria.
El secretario de Seguridad Pública del estado de Sao Paulo, Saulo de Castro Abreu Filho, informó hoy que 25 policías murieron y otros resultaron heridos en sendos tiroteos a comisarías y patrullas.
En un posterior balance la Secretaría de Seguridad Pública ratificó los anteriores datos y precisó que además fallecieron cinco presuntos delincuentes y un ciudadano.
El secretario de Seguridad Pública atribuyó los ataques a una represalia por la transferencia de 765 presos de presidios del interior del estado a dos penitenciarías de máxima seguridad, una en Presidente Venceslau, municipio situado a 620 kilómetros al oeste de Sao Paulo, y la otra en la zona norte de la capital.
Entre los transferidos hay 16 reconocidos líderes del "Primeiro Comando da Capital" (PCC), una de las principales organizaciones criminales del estado de Sao Paulo, donde se concentra el 40 por ciento de la población carcelaria de Brasil.
El PCC es acusado por las autoridades de promover las múltiples rebeliones y motines registrados en las cárceles paulistas. En 2006 se han registrado 42 levantamientos.
De Castro Abreu Filho explicó que los ataques son "una reacción de los bandidos al trabajo de la policía".
"El objetivo de esos bandidos es movilizar a los medios de comunicación e intentar dejar la sensación de inseguridad", dijo.
El traslado de prisioneros provocó el viernes dos rebeliones en penitenciarías localizadas en el interior de Sao Paulo, con un total de 24 rehenes, según las últimas informaciones oficiales.
Los hechos se registran en la cárcel de Iaras, a 282 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, y la Penitenciaría 1 de Avaré, municipio localizado a 262 kilómetros al oeste de la misma capital.
En cada acción los amotinados han tomado doce rehenes, entre funcionarios y guardias carcelarios.
En ninguna de las dos prisiones hay informaciones sobre heridos o reivindicaciones de los presos.
En un acto público, el gobernador del estado de Sao Paulo, Claudio Lembo, garantizó hoy que la región, la más populosa e industrializada del país, "no se curvará" ante la violencia.
El secretario de Administración Penitenciaria del estado de Sao Paulo, Nagashi Furukawa, aseguró que con la nueva transferencia de presos, las autoridades buscan cortar su influencia sobre el resto de los criminales que permanecen libres.
