ROMA.- El Vaticano conmemoró el sábado el vigésimoquinto aniversario del intento de asesinato contra al Papa Juan Pablo II, uno de los crímenes más famosos y misteriosos del siglo pasado.
Camillo Ruini, el cardenal más antiguo de Italia, oficiará la misa para dar gracias porque el fallecido pontífice se salvó de la muerte tras el ataque gracias a la directa intervención de la Virgen María, según creen los católicos.
El Vaticano colocó una placa de mármol sobre el piso de adoquines de la Plaza de San Pedro, en el punto exacto donde el Papa Juan Pablo II fue baleado por el turco Ali Agca, cuando viajaba sobre el papamóvil el 13 de mayo de 1981.
El entonces jefe de la Iglesia dijo que sobrevivió al ataque, debido a que la Virgen de Fátima, una visión de la Virgen que se les apareció a unos niños portugueses el 13 de mayo de 1917, intervino para desviar la bala.
"Por la intercesión de nuestra Virgen de Fátima, la vida me fue devuelta", dijo el Papa Juan Pablo II sobre el disparo, y hacia el final de su vida le señaló a un asistente cercano: "Una mano me disparó y otra mano me salvó".
Además, el Vaticano cree que el ataque fue predicho en el "Tercer secreto de Fátima", un mensaje que la Virgen habría dado a los niños portugueses. Sin embargo, no menos misteriosos resultan los motivos del ataque.
Ali Agca, el culpable
Agca, un gángster de derecha, fue encontrado culpable de intento de asesinato y pasó varios años en una prisión italiana antes de ser deportado a Turquía, donde aún permanece en la cárcel, pero por el asesinato del editor de un diario en la década de 1970 y por robo.
Pero un informe de una comisión del Parlamento italiano dijo que el intento de asesinato fue una conspiración de la Unión Soviética, acusación rechazada por el Gobierno ruso.
Al momento del atentado, los eventos en Polonia, país natal del Papa Juan Pablo II, estaban comenzando un efecto dominó que finalmente terminaría con el colapso del comunismo en Europa del Este en 1989.
Juan Pablo II era un acérrimo partidario del sindicato polaco Solidaridad y la mayoría de los historiadores concuerdan en que jugó un rol vital en los eventos que llevaron a la caída del muro de Berlín.
Durante un juicio en 1986, los fiscales italianos no pudieron comprobar las acusaciones contra el servicio secreto búlgaro, quien habría contratado a Agca para asesinar al Papa en nombre de la Unión Soviética.