PARÍS.- El empresario francés Jean Louis Gergorin, colaborador del Primer Ministro, Dominique de Villepin, admitió que envió a un juez una de las cartas anónimas que provocaron el escándalo que sacude la clase política del país, a un año de las elecciones presidenciales.
En una entrevista con el diario "Le Parisien" publicada este jueves, Gergorin, de 60 años, afirmó que en 2004 mandó una misiva anónima al prestigioso juez Renaud Van Ruymbeke, encargado por aquel entonces de investigar las supuestas comisiones ilegales recibidas tras la venta de fragatas a Taiwán.
Desde hace semanas, la justicia francesa está investigando quién envió a este magistrado en 2004 una serie de cartas con nombres de políticos que supuestamente poseían cuentas bancarias en Luxemburgo a través de la sociedad financiera Clearstream y nutridas gracias a estas comisiones conseguidas en Taiwán.
La lista resultó ser falsa y el asunto habría quedado ahí pero entre los nombres se encontraba, entre otros, el del actual titular de Interior, Nicolas Sarkozy, convencido de que alguien quiso perjudicarlo políticamente acusándolo en vano.
Según las investigaciones de la justicia, Villepin, que en la época era canciller, habría ordenado que se investigara de forma secreta a Sarkozy, compañero de partido pero gran rival político. El Primer Ministro niega tajantemente estas acusaciones y se dice víctima de una campaña de "calumnias" y "rumores".
Gergorin, que se reunió con el juez Van Ruybeke en persona antes de enviarle el correo anónimo, afirmó este jueves que en su carta incluyó una lista con 70 cuentas bancarias con la fecha de apertura en la sociedad Clearstream. Sin embargo, el nombre de Sarkozy no figuraba en esta nómina.
"No soy un informante anónimo que actuó de mala fe. Cuando fui a ver al juez, no era anónimo. Explicaré ante los jueces la elaboración de este primer correo", se defendió el industrial, dando a entender que el magistrado y la cúpula del gobierno supieron desde el principio que él era el remitente de aquel correo.
Telenovela "made in France"
De cualquier forma, el caso Clearstream ha dejado de ser financiero y se ha convertido en una grave crisis política en Francia, rodeada de intrigas y manipulaciones, que parecen estar relacionadas con la proximidad de las elecciones presidenciales del año que viene en las que Sarkozy desea reemplazar al Mandatario, Jacques Chirac.
Gergorin, que dejó provisionalmente su cargo de vicepresidente en la firma europea de defensa y aeronáutica EADS debido a este escándalo, trabajó durante varios años con Villepin y es considerado un diplomático brillante.
El empresario asegura que sólo es autor de esta primera misiva. "Sobre las cartas posteriores, reservo mis informaciones y análisis a los jueces", afirmó el industrial.
Según él, una "fuente" le dio los documentos sobre Clearstream. "Se trata de alguien que trabaja sobre el financiamiento del terrorismo internacional", explicó sin dar más detalles por el peligro de muerte que corre esta o estas personas.
Esta misma fuente envió después al general Philippe Rondot, ex agente secreto que supuestamente investigaba a Sarkozy y a otros político por orden de Villepin una lista completa "con 33.000 nombres, entre los cuales sí figuraba el de Sarkozy", según las mismas fuentes.
El último capítulo de esta telenovela "made in France" ocurre cuando dos de sus principales protagonistas están fuera del territorio nacional. Villepin ha viajado a la isla de la Reunión, colonia francesa en el océano Indico, y Sarkozy realiza una visita a Mali y Benín.
El tercer pilar del escándalo, Chirac, de 73 años, aparece muy debilitado por este asunto, el que termina de enturbiar el crepúsculo de su segundo mandato, inundado desde hace un año de crisis y dificultades.
Ante las peticiones de dimisión y de elecciones anticipadas, el Jefe de Estado guarda silencio e insta a sus ministros a trabajar y dejar de lado sus rivalidades.