MADRID.- El gobierno español aprobó el viernes en el consejo de ministros un "Plan África" que busca reducir el flujo de la inmigración clandestina africana que amenaza con invadir sus costas.
La vice-presidenta del gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, anunció al final del consejo de ministerios que se dirigirá "la semana próxima" a Bruselas para hablar de inmigración, especialmente con el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso.
Para las autoridades españolas, uno de los ejes de la lucha contra la inmigración clandestina debe ser "más Europa", dijo.
El plan África, cuyo despliegue comprende un dispositivo con base en Dakar, dirigido por un embajador en misión especial, Miguel Angel Mazarambroz, y cuyos diplomáticos actuarán en seis países (Senegal, Gambia, Cabo Verde, Guinea Bissau, Guinea y Níger).
Asimismo, España abrirá una embajada en Mali, en Cabo Verde y volverá a abrir la de Sudán para reforzar una red diplomática que sólo cuenta con ocho embajadores en África subsahariana: Camerún, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Guinea Ecuatorial, Nigeria y Senegal.
La misión de estos diplomáticos, que durará entre tres y seis meses, es de llegar a acuerdos de readmisión de los inmigrantes ilegales, del tipo de los concluidos con Marruecos, Argelia, Mauritania y Nigeria.
Las expulsiones clandestinas sólo son posibles si existen estos acuerdos y sobre todo si los aplica el país de origen. De lo contrario, las autoridades españolas los liberan al cabo de 40 días con un aviso de expulsión que resulta inaplicable.