BOGOTA.- En vísperas de las elecciones presidenciales la agitación social en Colombia se vio salpicada por un nuevo paro de empresarios del transporte, que tras 18 horas sin el servicio en importantes sectores del sur de la ciudad levantó la medida la tarde del jueves.
En declaraciones a The Associated Press, Alfonso Pérez dijo que le explicó al alcalde Luis Garzón que el ’’problema no es político sino de necesidades. Esperamos sentarnos el martes a dialogar’’.
El dirigente de la Asociación de Pequeños Empresarios del Transporte (APETRANS), aseguró que los temas a concertar están relacionados con la aplicación de una restricción vehicular en algunos días de la semana, la salida de vehículos con más de 20 años de uso, así como la III fase de Transmilenio, la cual piden que quede en manos de los pequeños transportadores.
Según Pérez, los agremiados solicitan que la construcción del nuevo tramo del Transmilenio, el sistema de transporte masivo de esta ciudad, ’’no quede en manos de las nueve familias que lo manejan, entre ellos, algunos ex alcaldes’’, sino que sea otorgado a los propietarios de los autobuses que salen del servicio.
Durante el día centenares de miles caminaron o usaron bicicletas para llegar a sus trabajos después que APETRANS retiró de las calles alrededor de 24.000 autobuses en protesta por medidas ambientales y cambios en las rutas decretados por la Alcaldía.
Pérez declaró en la mañana a la AP que ’’la gente ha respaldado el paro, solo el 10% de transportistas están prestando el servicio’’. El funcionario dijo que el 75% de la ciudad no tuvo transporte público.
Algunos taxistas apoyaron la protesta y bloquearon algunas calles, y varios autobuses que prestaban servicio fueron apedreados, informó el general Luis Gómez Heredia, comandante de la policía de Bogotá.
La policía capturó a 19 personas por provocar desórdenes y dañar los vehículos de transporte público, agregó.
Transmilenio, el servicio de transporte masivo que usa autobuses articulados, funcionó a su máxima capacidad. Regularmente transporta un millón de pasajeros, una cuarta parte del total de personas que se movilizan diariamente.
A principios de mayo los transportistas paralizaron durante poco más de un día la ciudad, con la misma demanda de reformar las rutas, pues alegan que fueron marginados de las más rentables, las que quedaron atendidas sólo por Transmilenio.
No son los únicos
El país, además, registra huelgas en el poder judicial y la industria del carbón. Simultáneamente la guerrilla de las FARC han atacado a policías, bases militares y asaltos en carreteras creando un clima tenso poco antes de las elecciones.
Los empleados del poder judicial completaron dos semanas de paro en demanda de aumentos salariales del 18% y ’’continuará indefinidamente pues el gobierno no ha atendido nuestras peticiones’’, dijo Fabio Hernández, presidente de Asonal Judicial, el sindicato que agrupa a 38.000 miembros.
Igualmente unos 4.000 trabajadores de las minas de carbón de la Jagua de Ibirico y La Loma, al norte del país, están en huelga en demanda de aumentos salariales.
Las clases en las universidades públicas Nacional y de Antioquia, las dos mayores de Colombia, fueron suspendidas hasta el martes próximo, debido a la agitación que también se ha extendido a varios centros de educación superior.