BAGDAD.- Individuos armados detuvieron dos minifurgonetas con estudiantes en el norte de Bagdad y tras ordenarles que se bajaran y separar a sunitas de chiítas mataron a 21 de estos últimos, "en el nombre del Islam", dijo un testigo.
En la sureña Basora, de mayoría chiíta, policías que buscaban a milicianos tomaron por asalto una mezquita sunita en la madrugada del domingo, apenas unas horas después de un ataque con un automóvil bomba. Murieron nueve en el combate a tiros.
Los dos ataques del domingo dan un duro golpe al gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki, quien nuevamente no consiguió el consenso necesario entre los distintos grupos étnicos y sectarios de su gobierno para nombrar a sus ministros del Interior y la Defensa, cargos que deben de llenar para implementar su plan para asumir el control del aparato de seguridad iraquí, en manos de las fuerzas encabezadas por Estados Unidos, en un plazo de 18 meses.
El lunes, hombres armados en un automóvil mataron a dos hermanos sunitas que conducían camino a una escuela en el barrio de Sadiya, donde conviven ambas ramas del Islam, en el suroeste de Bagdad, dijo el teniente de policía Maitham Abdul Razzaq. Las víctimas, Ahmed y Arkan Sarhan, eran de unos 20 años.
En la emboscada contra las furgonetas, un automóvil y un vehículo deportivo utilitario detuvieron a las unidades cerca del poblado de Kara Tappa, 120 kilómetros al noreste de Bagdad y cerca de la provincia de Diyala, dijo el electricista Haqi Ismail, de 48 años, a The Associated Press.
Ismail indicó que el conducía su camioneta pickup tras las furgonetas y que también fue detenido. Unos 15 enmascarados con dishdashas, túnicas tradicionales, sacaron a todos de los vehículos, indicó.
"Nos pidieron nuestras identificaciones y luego nos dijeron que hiciéramos fila, separando a sunitas de chiítas con las identificaciones y por las caras", dijo Ismail, un curdo chiíta.
Indicó que los sujetos le ordenaron a los chiítas el tenderse boca abajo y que antes de dispararles uno de ellos gritó: "En el nombre del Islam, hoy excavamos una fosa común para ustedes. Son unos traidores".
Ismail dijo que fue herido, pero no se movió.
"Uno de los hombres armados me pateó para asegurarse de que estaba muerto", dijo desde su cama en un hospital de Sulaimaniya, al norte de Kara Tappa.
