JERUSALÉN.- Un reconocido comandante de las Brigadas de Al Aqsa que operan en Jenin, norte de Cisjordania, anunció un cese parcial de las hostilidades en los territorios palestinos durante la Copa del Mundo en Alemania.
"En los próximos días habrá tregua porque nuestros hombres estarán más interesados en el Mundial que en la Intifada", explicó Zacharias Zubeidi, jefe del grupo armado cercano al partido Al Fatah, del Presidente palestino Abu Mazen.
En declaraciones al diario israelí Maariv, Zubeidi aclaró que "la tregua no dependerá sólo de los palestinos, sino también de los israelíes, cuyos servicios de inteligencia no parecen interesados en el Mundial, la Pascua o la Navidad. Ellos trabajan todo el tiempo".
El comandante palestino supone que también los grupos armados de los movimientos islámicos se plegarán al cese parcial de las hostilidades durante los próximos 30 días porque "la Copa del Mundo le importa hasta a los extremistas".
Zubeidi dijo que los palestinos tendrán ventaja sobre los israelíes en relación con el Mundial porque "nosotros no deberemos pagar como ellos por ver las imágenes de los partidos".
No sólo los milicianos se preparan para el Mundial, sino también el resto de la población palestina, que espera con ansias el inicio del torneo que le permitirá olvidarse, al menos momentáneamente, de las penurias diarias.
En Gaza, los bares y cafés se preparan para la invasión de aficionados después de permanecer desiertos casi tres meses, desde que el gobierno de Hamas dejó de pagar los salarios de casi 165.000 empleados públicos, que representan un cuarto de la población, dando lugar a una grave crisis financiera.
"Vamos a juntarnos con amigos y espero que alguno de ellos pueda pagar el consumo mínimo necesario para poder ver los partidos, porque yo no tengo", explicó Sami Kallob, de 27 años y quien hará fuerza por Brasil.
Para poder satisfacer la demanda, algunas emisoras locales de los territorios se organizan para "piratear" programas de TV satelital. Otros, como los dueños de los bares donde se fuman los tradicionales "narghile" (pipa de agua), decidieron en cambio pagar los abonos para no correr riesgos. "Creo que podré recuperar la inversión y también a los parroquianos", se entusiasma Mohammed, propietario de un café en el centro de Gaza City, fanático de Argentina y quien pagó unos 190 euros para bajar la señal de la TV árabe Art Sport en su local.
