ROMA.- El Papa Benedicto XVI encabezó hoy la procesión de la Eucaristía por Roma para celebrar la festividad de Corpus Christi, continuando una tradición restablecida por su antecesor Juan Pablo II.
El Papa abordó un vehículo después de celebrar una misa en la basílica de San Juan de Letrán y partió hacia la basílica de Santa María Maggiore, seguido por miles de feligreses, muchos de ellos con velas y cantando. En un momento, una monja arrojó pétalos de flores amarillas en el camino que recorría el automóvil.
Durante la misa, Benedicto XVI oró por la "gente de varias partes del mundo que vive el drama de la guerra, la opresión y la injusticia social".
Lamentó también el proceso de desertificación.
"En este período de desertificación, notamos el peligro de hombres y bestias que mueren en regiones sin agua. Y en este período, somos nuevamente conscientes de la grandeza del regalo del agua y de cómo somos incapaces de conseguirla por nuestros propios medios", dijo el Papa.
El misterio de la Eucaristía
El Corpus Christi, que se celebra el primer jueves después del domingo de la Trinidad, está dedicado al misterio de la Eucaristía y concluye el ciclo de las festividades que siguen a la Pascua.
La ruta de la procesión anual fue trazada en el siglo XVI, pero fue abandonada en 1879 después que las fuerzas italianas tomaron Roma. Juan Pablo II revivió la tradición en 1979.