ROMA.- Las autoridades italianas han asestado hoy un golpe a la organización mafiosa "Cosa Nostra" con la desarticulación de la nueva dirección de la sociedad criminal surgida tras la detención en abril de su máximo jefe, Bernardo Provenzano, informaron fuentes de la investigación.
Cuarenta y cinco personas, entre ellas dieciséis jefes, han sido detenidas en Sicilia y otras siete son buscadas por agentes de las fuerzas de seguridad que participan en la operación.
Uno de los responsables de la redada, el jefe de Policía de Palermo, Giuseppe Caruso, ha calificado la investigación que ha permitido la desarticulación de la dirección de Cosa Nostra como un "brillante golpe".
"Sin la ayuda de arrepentidos, la Escuadra Móvil ha logrado enmarcar los nuevos activos de Cosa Nostra. Hemos reconstruido una situación actual de la estructura de la mafia, de sus equilibrios internos y de los recursos económicos, a los que estaban ligados los componentes de la dirección", declaró Caruso.
La operación ha podido llevarse a cabo tras descifrar los números existentes en los famosos "pizzini", los "papelillos" con los que Provenzano dirigía Cosa Nostra y se comunicaba con el resto de jefes mafiosos.
Cada número se refería a un miembro de Cosa Nostra, según reveló el médico Antonio Cina en una conversación interceptada por la policía: "Yo soy el 164; ese número se refiere a mí".
Esa revelación y numerosas conversaciones interceptadas durante horas permitieron establecer que la sucesión de Provenzano fue asumida por un triunvirato compuesto por Antonio "Nino" Rotolo, jefe del clan de los Pagliarelli; Franco Bonura, constructor mafioso, y el ya citado médico de Provenzano, Antonio Cina.
Los tres, detenidos hoy, celebraban sus "cumbres" en una cabaña de láminas de latón, en las cercanías de Palermo, y hablaban sin precaución, al considerarlo un lugar secreto, seguro y a salvo de interceptaciones gracias a un aparato que Rotolo pensaba impedía las escuchas.
Años de investigación
Pese a las cautelas de los mafiosos, los investigadores lograron registrar esas conversaciones durante dos años, lo que junto a los "papelillos" de Provenzano ha permitido reconstruir históricamente los acontecimientos mafiosos del último cuarto de siglo.
En la cabaña, los tres, junto con otros jefes de Cosa Nostra, hablaban sin recato de todo: desde su censura al papa Juan Pablo II por su dura condena a la mafia hasta la recomendación para un examen de la universidad, según informan las agencias de noticias italianas.
Mediante las conversaciones, se ha sabido que Rotolo era uno de los hombres más fuertes de la organización, al ser el de mayor confianza de Provenzano.
También se ha conocido que "Nino" Rotolo, Bonura y Cina planeaban deshacerse de las familias mafiosas que les podían hacer la competencia.
En esas "cumbres" los jefes mafiosos comentaban, además, el "periodo difícil" por el que atravesaba la organización criminal.
"Es un periodo difícil porque no podemos fiarnos los unos de los otros, porque en cada redada hay un arrepentido nuevo", afirmó en una de las conversaciones Vincenzo Marciano, un "capo" (jefe) de Cosa Nostra.
La investigación ha permitido más descubrimientos sobre el funcionamiento de Cosa Nostra como, por ejemplo, que incluso los emigrantes chinos que tienen negocios pagan los "pellizcos", el dinero que la mafia exige a los comerciantes bajo amenazas de muerte.