SEUL.- Corea del Norte aseguró hoy que quiere mantener conversaciones directas con Estados Unidos sobre sus aparentes planes para probar un misil de largo alcance, un día después de haber insistido en su derecho a llevar a cabo el lanzamiento.
Las tensiones en la región han aumentado luego de informes de inteligencia de que Corea del Norte estaba llenando con combustible un misil balístico extracontinental.
Funcionarios estadounidenses han dicho que el misil Taepodong-2, de 35 metros de largo, tiene un alcance de 15.000 kilómetros y podría llegar a la costa occidental de Estados Unidos.
Ése país y Japón dijeron que estudian sanciones contra Corea del Norte si lanza el misil, y Washington estaba evaluando represalias, incluido un intento por derribar el misil, con su sistema antimisiles que fue activado ayer.
El miércoles, el régimen de Pyongyang reiteró que su moratoria unilateral de 1999 en relación a pruebas con misiles de largo alcance ha perdido vigencia debido a la falta de diálogo directo con Washington. Eso sugiere que podría cancelar la prueba con el misil si Estados Unidos acepta nuevas conversaciones.
"Algunos dicen que nuestra prueba de lanzamiento de misiles es una violación de la moratoria, pero ese no es el caso", dijo Han Song Ryol, subjefe de la misión de Corea del Norte ante las Naciones Unidas, en una entrevista desde Nueva York con la agencia noticiosa surcoreana Yonhap.
"Corea del Norte, como estado soberano, tiene el derecho de desarrollar, emplazar, probar y exportar un misil", señaló.
"Estamos al tanto de las preocupaciones de Estados Unidos sobre la prueba de lanzamiento de nuestro misil. Por lo tanto, nuestra posición es que debemos resolver el asunto a través de negociaciones", aseguró.
Pyongyang ha exigido un diálogo directo con Estados Unidos. Pero Washington insiste en que sólo dialogará con Corea del Norte en el marco de las conversaciones entre seis países.
La Unión Europea también pidió hoy a Pyongyang que cancele el lanzamiento del misil. "Debemos decir que lo que intentan hacer tendrá consecuencias", dijo en Viena el jefe de política exterior de la UE, Javier Solana.