BAGDAD.- El Primer Ministro iraquí, Nuri Al Maliki, presentará este domingo al Parlamento un plan de reconciliación nacional con el objetivo de frenar la insurgencia sunita y controlar la violencia sectaria, dijeron fuentes políticas.
El plan, que podría ser una de las medidas más osadas que Maliki ha presentando hasta el momento, determina la remoción de las calles de las poderosas milicias, la apertura del diálogo con los rebeldes y la renovación del estatus de los miembros expulsados del Partido Baaz de Saddam Hussein.
Fuentes consultadas aseguraron que un elemento clave en el anteproyecto, que aborda 28 puntos, podría ser la inclusión de los rebeldes en el proceso político para implementar acuerdos sobre asuntos como la definición del "terrorismo".
Un tema importante será la disposición del chiíta Maliki de llevar a insurgentes sunitas musulmanes a la mesa de negociaciones.
Hasan Al Senaid, legislador de la alianza del Primer Ministro, dijo que Maliki ofrecería establecer el diálogo con grupos que no han atacado a iraquíes.
Sin embargo, Maliki todavía se rehúsa a integrar al proceso político a los seguidores de Saddam o Al Qaeda, los grupos responsables de la mayoría de los actos de violencia.
El ex exiliado ha sido por largo tiempo un acérrimo defensor de la expulsión del ejército de los miembros del partido Baaz, una política impulsada por Estados Unidos que, según los críticos, ha intensificado la violencia.
Se espera que los ex miembros del Baaz obtengan compensaciones financieras bajo el plan de reconciliación, dijo Senaid.
El programa también apunta a controlar a las milicias, que son consideradas una de las fuerzas que causan mayor inestabilidad en Irak y que son difíciles de desmantelar, dado que poseen fuertes lazos con los partidos políticos.
"Las milicias serán desarmadas e integradas a trabajos de servicios civiles o a las fuerzas armadas", dijo Senaid.
Sami Al Askari, otro miembro del bloque de Maliki, duda que el anteproyecto se encuentre listo el domingo para su aprobación en el Parlamento.
Sin embargo, destacó que podría ser considerado un importante esfuerzo para disminuir la violencia sectaria que se agravó después de los ataques con bombas del 22 de febrero contra un santuario chiíta musulmán en la ciudad de Samarra.
Grupos insurgentes siempre han exigido el retiro del contigente estadounidense o un calendario para la medida, de modo que el tema podría ser abordado.
El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se ha negado a entregar un calendario para el retiro de las tropas de Irak, a pesar de la impopular guerra que ya ha causado la muerte de más de 2.500 soldados estadounidenses, de los cuales al menos 13 los murieron en enfrentamientos esta semana.
Maliki logró una importante victoria cuando el líder de Al Qaeda en Irak Abu Musab Al Zarqawi murió tras un ataque aéreo del ejército estadounidense el 7 de junio. Sin embargo, los nuevos acontecimientos de violencia han elevado las presiones sobre el Primer Ministro para que opere un plan efectivo.