BUENOS AIRES.- Cientos de manifestantes participaron hoy de una caravana en la ciudad argentina de Gualeguaychú para repudiar la instalación de dos plantas de celulosa en Uruguay y de otra en Chile.
La manifestación respondió a una "invitación" de organizaciones ambientalistas chilenas, que se oponen a que la compañía Celulosa Arauco (Celco) instale una planta en el valle del Itata, en la Octava Región.
Se reactivaron de esta forma las protestas organizadas por la Asamblea Ambiental de la ciudad de Gualeguaychú contra la instalación de las plantas de celulosa por parte de la española Ence y la finlandesa Botnia en el distrito uruguayo de Fray Bentos, limítrofe con Argentina.
Los integrantes de la asamblea habían decidido dejar de lado sus marchas y bloqueos a comienzos de mayo pasado, un mes antes de que el Gobierno argentino se presentara ante el Tribunal Internacional de La Haya para reclamar la suspensión de las obras de las plantas que se construyen en Uruguay.
La instalación de sendas fábricas, consideradas de riesgo para el medio ambiente por parte de Argentina, derivó en un conflicto con Uruguay, que impulsa su construcción.
Durante la caravana de hoy los automóviles se trasladaron por las principales calles de Gualeguaychú, bajo una intensa lluvia, que no permitió que los manifestantes se concentraran en la costanera de la ciudad, como estaba previsto.
La protesta coincidió con las que el Grupo de Defensa del Itata y la Fundación Oceana realizan hoy en distintas ciudades de nuestro país, con el mismo objetivo.
"Cada vez más papeleras se instalan en el Cono Sur. Y si bien no nos oponemos a las inversiones extranjeras, no nos interesa tener industrias sucias", explicó Gustavo Rivollier, integrante de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú.
Por su parte, el Gobierno argentino pidió a los manifestantes de su país que "esperen mansamente" una solución política o diplomática al litigio con Uruguay por la construcción de las plantas.
"La posibilidad de diálogo ha estado latente para lograr una solución", señaló el ministro argentino del Interior, Aníbal Fernández, en declaraciones radiales.