PARÍS.- El Parlamento francés adoptó definitivamente la nueva ley sobre la inmigración seleccionada, impulsada por el ministro del interior, Nicolas Sarkozy, para endurecer las condiciones de entrada y de permanencia de los extranjeros en Francia.
El voto se llevó a cabo en plena polémica por la iniciativa de expulsar a los niños de familias inmigrantes ilegalmente en Francia y a los que les fue otorgada este viernes, fecha del final del ciclo escolar en el país, una prórroga.
En nombre del gobierno, el ministro de las Colectividades Locales, Christian Estrosi, aseguró que "no habrá cacería de niños".
La nueva ley sobre la inmigración, votada por el partido UMP en el poder (derecha) y una parte de los centristas, busca fomentar la entrada de inmigrantes altamente calificados creando un permiso de residencia de "capacidades y talento" para aquellos con mejores títulos universitarios.
En cambio, para el resto, las condiciones de obtención de permisos de residencia fueron endurecidas.
Además, la ley dificulta los matrimonios mixtos (es decir, entre un ciudadano francés y un inmigrante) y el reagrupamiento familiar, que a partir de ahora depende de las condiciones de ingresos, trabajo y alojamiento.
El texto deroga la regularización con pleno derecho de los clandestinos con más de diez años de estadía en el país y la sustituye por una regularización caso por caso por parte de las autoridades policiales responsables, quienes pedirán también la opinión de los alcaldes.