PAMPLONA.- Más de un millar de personas se unieron al 'Encierro Humano' de PETA (Personas por la Ética en el Trato de los Animales) este 5 de julio en Pamplona.
Activistas de una veintena de países vistieron sólo unos cuernos de plástico y un pañuelo rojo al cuello para exigir: "¡Ponte en la piel del toro!".
El objetivo de los corredores es informar a los turistas que hay alternativas divertidas que no implican la estampida de animales asustados que "terminarán torturados y matados" en la plaza cada tarde durante los Sanfermines.
Miembros de PETA de todo el mundo han escrito a la alcaldesa de Pamplona para solicitarle que adopte la nueva festiva tradición del "Encierro Humano" y "reemplace la vieja y cruel" que utiliza a los toros, los cuales al correr aterrados por las estrechas calles de Pamplona en ocasiones resbalan y caen, lastimándose o rompiéndose las patas.
Los encierros de toros atraen a miles de turistas que ignoran todo lo que padecen los toros antes y después de la carrera. "Descargas eléctricas y golpes hacen que salgan corriendo en estampida. Antes de salir a la plaza, los toros son golpeados, debilitados con golpes y tranquilizantes, se les liman los cuernos y se les unta vaselina en los ojos para nublar su visión, para luego ser sometidos a la tortura que culmina con su muerte", dice PETA.
Según la encuesta Gallup del 2002 el 68,8% de los españoles no muestra ningún interés por la tauromaquia. "Las corridas de toros son una tradición cruenta que quizás tuvo sentido hace siglos, pero hoy en día sólo es una manifestación de crueldad que nos denigra como seres humanos", dice Francisco Vásquez Neira, coordinador de campañas de PETA.
Este año, el "Encierro Humano" contará con el doble de participantes que el año pasado. Gente de todo el mundo quiere festejar y divertirse sin dañar a ningún animal.