(Foto: AFP) |
BEIRUT/JERUSALÉN.- Israel intensificó hoy sus ataques a infraestructuras en el Líbano, al bombardear la carretera que une Beirut con Damasco, una central eléctrica y varias reservas de combustible, además del feudo de Hezbollá en los suburbios del sur de la capital libanesa.
Al menos tres personas murieron en ese ataque, con lo que son ya más de 50 los muertos, entre ellos numerosos niños, contabilizados en tres días de ofensiva israelí ara forzar la liberación de sus dos soldados secuestrados por esa milicia chií libanesa.
En Israel, dos civiles han muerto por cohetes lanzados por Hezbollá, que esta mañana reanudó el disparo de los katyushas contra el norte del país.
La gravedad de la crisis, la peor en Oriente Medio de los últimos años, ha llevado al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar para hoy una reunión de urgencia a petición de Beirut, que pide su intervención para que exija el cese inmediato de las agresiones.
En las últimas horas, numerosos países han instado a Israel a la moderación, entre ellos Estados Unidos que, sin embargo, anoche vetó una resolución de condena por la operación militar en la Franja de Gaza, el otro frente abierto del Gobierno de Ehud Olmert.
La inestabilidad en la zona se refleja también en la escalada de precios del crudo, que hoy batió un nuevo récord y el barril de Brent, de referencia en Europa, se acercó a la barrera de los 78 dólares en el mercado de futuros de Londres.
Hasta el momento las fuerzas aéreas israelíes han disparado contra más de un centenar de objetivos en el Líbano y hoy, al alba, atacaron la sede del mando de Hezbollá en el barrio chií de los suburbios al sur de Beirut.
Allí se encuentra la residencia del máximo dirigente de la milicia, Hasan Naserala. Él y su familia han sido amenazados hoy por el Ejército israelí en caso de que Hezbollá dispare misiles de largo alcance contra Israel.
Bombardeos
La aviación israelí también bombardeó esta madrugada un puente de la carretera de Beirut a Damasco con el objetivo de "cortar las vías de contrabando de armas hacia el Líbano, pero, sobre todo, impedir que los dos soldados puedan ser sacados del país", explicó una portavoz del Ejército.
Fuentes del Ejército y del Ministerio israelí de Exteriores dicen tener indicios de que Hezbollá quiere llevarse a los soldados a Irán, ya que el grupo libanés "es un mero brazo del régimen de Teherán".
Irán, sin embargo, ha desmentido esa posibilidad y su presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha advertido a Israel de que un posible ataque contra Siria será "una agresión contra todo el mundo islámico".
Los ataques aéreos israelíes también destruyeron un antiguo puente que conecta una ruta hacia el aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut y dañaron otro en los arrabales beirutíes.
Un poco antes, la central eléctrica de Yieh, a unos 25 kilómetros al sur de Beirut, se incendió tras ser alcanzada por misiles, pero aún no está claro si fueron lanzados por aviones o por la marina.
Previamente, la aviación israelí había bombardeado las cercanías de la ciudad de Hermel, en el este del Líbano, provocando numerosos daños en campos, viviendas y comercios, así como la ruta de Deir el Baida, un paso que vincula al valle de la Bekaa con el puesto fronterizo de Masna, fue igualmente bombardeada.
Tras los bombardeos israelíes, Hezbollá reanudó el lanzamiento de cohetes contra el norte de Israel, a donde ya ha disparado alrededor un centenar de katyushas en los dos últimos días.
Los habitantes de la zona han podido salir hoy dos horas de los refugios para preparar el Shabat, día de descanso para los judío.