(AFP) |
BEIRUT.- Los combates en la frontera israelí-libanesa se intensificaron hoy después de que cuatro observadores de la ONU murieran en un bombardeo israelí, mientras en Roma se inauguró una reunión internacional de crisis.
Los violentos combates entre el ejército hebreo y Hezbollá proseguían en Bint Jbeil, en el sur de Líbano, donde trece soldados israelíes resultaron heridos según una fuente militar israelí.
La cadena de televisión qatarí Al Jazeera hizo por su parte un balance de 13 soldados israelíes muertos y 12 heridos.
Casi 400 personas, en su gran mayoría civiles, han muerto en Líbano desde el inicio del conflicto el 12 de julio.
La destrucción provocada por los bombardeos israelíes se elevan hasta ahora a más de 2.000 millones de dólares, afirmó hoy una fuente oficial libanesa.
Mientras tanto, los combates entre unidades blindadas israelíes y los milicianos de Hezbollá continúan en las colinas de la frontera.
La Resistencia Islámica, brazo armado de Hezbollá, habló de "violentos enfrentamientos en dos ejes sobre los que el enemigo israelí intenta avanzar" cerca de Bint Jbeil, bastión del partido chiita.
El Estado Mayor israelí reconoció que los enfrentamientos proseguían en la zona de Bint Jbeil, tras anunciar el martes la toma de la ciudad. La localidad es el escenario de fuertes combates desde hace tres días y las dos partes han multiplicado el cruce de informaciones contradictorias.
El Estado Mayor aseguró que "cincuenta combatientes de Hezbollá murieron en Bint Jbeil y muchos otros fueron capturados".
Por su parte, el jefe de Hezbollá, Hassan Nasralá, anunció por la noche que sus combatientes lanzarán cohetes "más allá de Haifa", ciudad del norte de Israel, y pondrán en marcha "una guerrilla" contra las tropas israelíes posicionadas en el sur de Líbano.
