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BAGDAD.- El juicio contra el ex dictador iraquí Saddam Hussein continuó el jueves, en lo que se supone sea la sesión final antes del veredicto.
Los defensores, asignados por la corte, están listos para entregar sus alegatos finales para dos de los principales acusados.
La defensa original ha boicoteado el juicio desde el mes pasado, en protesta por el asesinato de uno de los abogados, Jamis al-Obeidi, el tercer jurista caído desde que comenzó el proceso judicial en octubre. El miércoles otro jurista presentó los alegatos finales de Saddam, quien no estuvo en el tribunal el jueves.
Saddam y siete ex funcionarios están bajo proceso desde el 19 de octubre por el asesinato y tortura de chiítas en Dujail en 1982, luego de un intento de asesinato en contra del entonces dictador. La fiscalía ha pedido la pena de muerte para Saddam y dos de los acusados.
La sesión del jueves comenzó con el ex vice presidente Taha Yassin Ramadan declarando que rechazaba el abogado que el tribunal le había asignado. El juez Raouf Abdel-Rahman le contestó que podía presentar su propio alegato.
"Rechazo estos procedimientos y no presentaré mi propia defensa", replicó Ramadan al juez. Y agregó que podría presentar "1.000 personas de Dujail" para testificar que "ellos nunca me vieron allá".
También el ex vicepresidente se quejó de que el actual gobierno iraquí ha hecho poco para encontrar a los responsables de la muerte de los abogados defensores, agregando que "si saliera ahora de la prisión, podría encontrar a los asesinos en cinco minutos".
El juez acusó a la defensa original de tomar dinero de sus clientes y no defenderlos. "Este es un caso criminal, no político", insistió Abdel-Rahman.
Los pasos que vienen
Una vez concluidas las presentaciones finales, el panel de cinco jueces se declarará en receso posiblemente a mediados de agosto para estudiar el veredicto.
El otro acusado pendiente de presentarse es Anwar al-Bandar, quien presidió la corte revolucionaria que sentenció a muerte o prisión a los chiítas en Dujail.
Saddam, compareciendo en su juicio por primera vez desde que fue hospitalizado por estar en huelga de hambre, dijo el miércoles que si lo sentencian a muerte, preferiría el paredón que la horca.