BOGOTÁ.- Las autoridades colombianas extremaron hoy las medidas de seguridad en Bogotá y otras zonas del país, para evitar que la violencia enlute la toma de posesión del reelegido Presidente Álvaro Uribe, como ocurrió en su primera asunción.
Ley seca, prohibición de porte de armas aún con salvoconducto, declaración de alerta en el sistema hospitalario nacional, retenes de control de vehículos, requisas a parroquianos y prohibición de viajar dos personas en motocicleta son algunas de las medidas adoptadas con motivo de las ceremonias del próximo lunes.
Cerca de 137.000 policías llevan a cabo operativos especiales en las principales ciudades del país para prevenir actos terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que lanzaron una ofensiva en coincidencia con la toma de posesión presidencial.
La Policía instaló 45 puestos de control en Bogotá y, en coordinación con la XIII Brigada del Ejército, otros doce en las zonas de ingreso a la ciudad, en donde son registrados camiones, buses de servicio público, taxis y vehículos particulares.
Desde ayer se intensificó el patrullaje del Ejército en el centro de Bogotá, en donde están las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la Alcaldía Mayor, la Catedral Primada, museos y universidades, así como un importante número de otras oficinas públicas y privadas.
Ola de atentados
La escalada de violencia de las FARC ha ocasionado al menos 30 muertos, entre miembros de la fuerza pública y civiles, en la última semana.
Las autoridades quieren evitar a toda costa que se repitan los atentados de hace cuatro años en Bogotá, durante la primera investidura de Uribe, cuando fueron lanzadas varias bombas contra la Casa de Nariño, sede del Gobierno.
Las cargas explosivas cayeron en una zona deprimida del centro de la ciudad, a unas cinco calles del poder Legislativo, donde tenía lugar en ese momento la asunción de Uribe, y causaron la muerte a 20 personas y dejaron 70 más heridas.
Ayer fueron atacados por las FARC los poblados de Villahermosa y Casabianca, a 150 kilómetros al oeste de la capital colombiana, en donde robaron dos sedes del Banco Agrario (estatal) e hirieron a un policía.
Según informes de la zona, una niña murió de un disparo.
Esta semana varios centenares de kilos de explosivos han sido incautados por las autoridades y varias cargas de explosivos fueron desactivadas por artificieros, la última de ellas hoy en Buenaventura, el principal puerto sobre el Pacífico colombiano, en el suroeste.
Ayer, un atentado perpetrado con una carga explosiva colocada en una motocicleta ocasionó la muerte a un civil y de cinco policías en Aguablanca, una deprimida localidad de la ciudad de Cali, en el suroeste del país.
La oleada de atentados comenzó el lunes pasado con la detonación de un coche bomba en el noroeste de Bogotá, cerca a la Escuela Militar de Cadetes del Ejército, al paso de dos camiones con 40 soldados, que dejó un civil muerto y 21 militares heridos.
Ese mismo día quince militares murieron al caer en un campo minado instalado por las FARC en Tibú, en el nordeste.
Otros dos soldados murieron y seis más resultaron heridos al explotar una carga cuando perseguían a miembros de las FARC, que el domingo anterior habían incinerado seis automóviles entre Tumaco y Pasto, en el departamento de Nariño, en el suroeste.
A mediados de la semana seis campesinos, dedicados a la erradicación manual de plantaciones de hoja de coca murieron y otros siete resultaron heridos al explotar una gran mina en la serranía de la Macarena (sur del país).
A partir de hoy y hasta el martes entrante el Ministerio de Protección Social declaró la alerta amarilla para toda la red hospitalaria del país, con el fin de garantizar una respuesta "inmediata, adecuada y eficaz" en caso necesario.
En la toma de posesión de Uribe, que fue reelegido en mayo pasado, estarán presentes el Príncipe Felipe de España y los jefes de Estado de Costa Rica, Oscar Arias; Chile, Michelle Bachelet; Nicaragua, Enrique Bolaños, y Perú, Alan García.
El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció hoy que no asistirá, y está pendiente la confirmación de los presidentes de Ecuador, Alfredo Palacio, y de Bolivia, Evo Morales.