MÉXICO.- El principal candidato de izquierda de México le pidió el domingo a sus simpatizantes que realicen una concentración ante el Tribunal Federal Electoral (Trife), en protesta por lo que ellos interpretan como intentos fraudulentos del gobierno para conservar el poder tras las elecciones del 2 de julio.
Previamente la iracunda multitud manifestó sus deseos de tomar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la sede del Congreso, los cuales están bajo una fuerte vigilancia policial.
Sin embargo, López Obrador reiteró sus intenciones de emprender acciones pacíficas. "No nos vamos a rendir", dijo ante una multitud de seguidores reunidos en el Zócalo, la plaza central de la capital mexicana.
"Vamos a manifestarnos de manera pacífica", reiteró.
Decenas de miles de personas se lanzaron a las calles del centro de la capital para escuchar el mensaje de López Obrador, uniéndose a un grupo masivo que ya había tomado esa zona. La aglomeración detuvo casi por completo las actividades en el corazón turístico y de negocios de la urbe.
A pesar del llamado a la tranquilidad de López Obrador, muchos de sus seguidores reaccionaron con ira cuando el Trife rechazó sus demandas de un conteo voto por voto de todos los sufragios emitidos en los comicios, por lo que han llamado a llevar a un nivel más alto sus actos de desobediencia civil.
Por su parte, el candidato oficialista Felipe Calderón, dijo el domingo que las instituciones de México eran lo suficientemente fuertes para sobrevivir los ataques de "antidemócratas", en una crítica al movimiento de resistencia civil pacífica de sus opositores izquierdistas.
Calderón tiene una ventaja de menos del 0,6 por ciento, unos 240.000 votos, sobre el dirigente izquierdista, de acuerdo con cómputos oficiales.
"La solidez de nuestras instituciones ha superado los ataques de los antidemócratas, de los anarquistas y de la intolerancia", dijo Calderón en un encuentro con legisladores electos de su partido.
Más tarde, el domingo, los manifestantes trajeron un nuevo elemento a su protesta sin violencia, al tomarse de las manos para formar una enorme cadena humana que se extendió a lo largo de los campamentos por todo el centro de la capital.
Desde hace una semana los simpatizantes de la coalición Por El Bien de Todos, encabezada por López Obrador, tomaron las calles de un amplio sector del centro financiero y turístico de la capital mexicana y lo han convertido en un enorme campamento dividido por sectores y por delegaciones de las diversas partes del país.
Los bloqueos a estas calles han provocado obstrucciones viales y le han costado a la ciudad aproximadamente 23 millones de dólares diarios en comercio perdido.
López Obrador manifestó que encabezaría el lunes una marcha a la sede del Trife, en protesta a la decisión de rechazar el recuento total. Agregó que la decisión del tribunal fue tomada por órdenes de una dictadura que desea perpetuarse en el poder, como ocurrió con los 71 años de gobierno de un solo partido, que terminaron con la victoria de Vicente Fox en el 2000.
Los allegados de López Obrador le pidieron a sus simpatizantes que sigan al mandatario, del Partido Acción Nacional (PAN), en todos sus actos, para protestar por el supuesto fraude.
Desde los comicios del 2 de julio, López Obrador ha acusado a Fox de influir en los comicios. Lo ha calificado como un traidor a la democracia y ha tildado a las autoridades electorales como criminales, señalando incluso que funcionarios de su Partido de la Revolución Democrática (PRD) fueron sobornados para participar en el fraude.
Fox ha tratado sin embargo de no ser implicado en la controversia, y el viernes, cuando un simpatizante de López Obrador interrumpió su discurso para protestar, pidió que lo dejaran hacerlo en paz, en nombre de la libertad de expresión.
El gobierno de Ciudad de México, controlado por el PRD, ha protegido los campamentos de protesta y rechazado los llamados de Fox a ponerle fin a los bloqueos. Pero el domingo el jefe de la policía, Joel Ortega, dio a entender que se le agotaba la paciencia con los manifestantes y advirtió contra ampliar sus acciones.
Un triunfo
El sábado, el Trife decidió que concederle a López Obrador su demanda de que se realice un recuento total de votos violaría las leyes electorales, que solamente contemplan esa práctica cuando hay evidencias de irregularidades o fraude.
En cambio, aprobó de manera unánime el ordenar un recuento parcial de votos de casi 12.000 casillas, cerca de 9% del total nacional, superior a los 130.000, y pidió que los jueces electorales que supervisen el proceso.
Los allegados a Calderón recibieron con agrado el fallo. El Trife tiene hasta el 6 de septiembre para declarar un presidente electo o anular los votos.
El recuento se iniciará el miércoles en todo el país, esperándose que no se prolongue durante más de cinco días, desarrollándose bajo la supervisión de los jueces electorales.
Poco después de anunciarse el fallo del Trife, López Obrador, conocido por sus discursos encendidos, dijo a sus simpatizantes que la decisión de los jueces era "legalmente endeble" y coincidente con la posición de Calderón.