TOKIO.- La princesa Kiko ingresará mañana en un hospital de Tokio a fin de iniciar los preparativos para dar a luz en septiembre al bebe que podría convertirse en el futuro emperador de Japón, informó hoy la agencia Kyodo.
El embarazo de Kiko, de 39 años y esposa del príncipe Akishino, hermano del príncipe heredero Naruhito, ha levantado una gran expectación en Japón, pues si tiene un niño pondría a salvo la continuidad de la dinastía real más antigua del mundo.
El bebé, de ser varón, sería el tercero en la línea de sucesión, después de su padre, Akishino, y del príncipe Naruhito, actual sucesor del emperador Akihito en el Trono del Crisantemo.
Los médicos anunciaron recientemente que Kiko dará a luz alrededor del 6 de septiembre y que se le practicará una cesárea, puesto que sufre de problemas con la placenta.
Según la cadena de televisión NHK, con esta prematura hospitalización de la princesa los médicos quieren asegurarse de que no se presenten complicaciones.
Hace 41 años que no nace un varón en la familia imperial, de ahí la expectación.
Kiko y Akishino se casaron en 1990 y son padres de dos niñas, Mako y Kako, de 14 y 11 años, respectivamente.
Mientras, el príncipe heredero Naruhito y su esposa, Masako, en sus trece años de matrimonio sólo han tenido una niña, Aiko, de 4 años.
Los aparentes problemas de fecundidad de la pareja de príncipes herederos dieron lugar a un debate sobre la posibilidad de abolir la ley sálica nipona, según la cual sólo los varones descendientes directos del emperador pueden acceder al trono.
El debate quedó aplazado cuando en enero de este año se anunció el inesperado embarazo de Kiko.
Desde entonces la prensa del cotilleo nipona ha dado rienda suelta a numerosas conjeturas, predominando aquellas que apuntan a que el futuro bebé será un varón.