El avión se estrelló entre los árboles. (Foto: EFE) |
KENTUCKY.- Un total de 49 personas perecieron luego de que se estrellara un avión de ruta local de la Compañía Comair, filial de Delta, en el estado de Kentucky, al sur de Estados Unidos, según informó una portavoz de la Agencia Federal de Aviación.
La aeronave, un CRJ-100 que realizaba el vuelo 5191 rumbo al cercano aeropuerto de Atlanta con 50 personas a bordo -47 pasajeros y 3 miembros de la tripulación-, se precipitó en una zona boscosa y de difícil acceso en las proximidades del aeropuerto Bluegrass, en Lexington, a las 06:07 horas de la mañana, poco después de despegar.
En un comienzo se informó que la totalidad de las personas a bordo habían muerto, pero luego el presidente de Comair, Don Bornhorst, confirmó que hubo un sobreviviente, el copiloto del avión, quien permanece en estado grave en el hospital de la Universidad de Kentucky, según indicaron fuentes médicas.
Según indicó Gary Ginn, médico forense del condado Fayette, los cadáveres se encuentran todavía en la aeronave y se ha emplazado una morgue temporal en el sitio del estrellamiento.
Con respecto al motivo de los fallecimientos, el médico forense Gary Ginn, presente en el lugar, indicó que "por el momento estimamos que la causa de la muerte de la mayoría de las víctimas se vinculó más al incendio que la inhalación de humo".
Causas del accidente
La cadena de televisión estadounidense CNN informó en un primer momento que se desconocían las causas del accidente y que sólo se sabía que se incendió luego de estrellarse, cuando apenas había recorrido 1,6 kilómetros.
La incógnita en esta materia fue posteriormente reafirmada por el presidente de la aerolínea, Don Bornhorst, quien señaló que "la causa del accidente todavía no está clara".
Bornhorst aseguró que su compañía está "totalmente comprometida a hacer todo lo que humanamente pueda para determinar el motivo de este accidente".
Añadió que la tripulación operaba el mismo avión durante bastante tiempo y que estaba compuesta por el capitán Jeffrey Clay, el primer oficial James M. Polehinke y el auxiliar de vuelo Kelly Heyer.
También indicó que la compañía había realizado el mantenimiento obligatorio del avión y que la última inspección tuvo lugar ayer, sábado.
El administrador del aeropuerto, Michael Gonn, indicó que las cajas negras del avión fueron recuperadas.
A la hora del accidente, las condiciones meteorológicas no eran malas en la zona y sólo se registraba una pequeña lluvia al momento del impacto.
Este accidente marca el fin de lo que era considerado "el período más seguro en la historia de la aviación" en Estados Unidos, donde no se habían registrado accidentes de envergadura desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión de American Airlines se estrelló en Queens, Nueva York, muriendo 265 personas.