LONDRES.- Margaret Thatcher y Clement Attlee son los mejores primeros ministros británicos del siglo XX, por delante de Winston Churchill y más aún de Tony Blair, marcado por la guerra en Irak, según una clasificación publicada este martes por la revista “BBC Historia”.
Para elaborar esta clasificación, el historiador Francis Beckett no ha buscado pronunciarse sobre el fondo de las políticas desarrolladas por los diferentes primeros ministros, sino sobre la capacidad de modelar la sociedad británica a largo plazo.
Margaret Thatcher, ”a dama de hierro” conservadora en el poder en Downing Street de 1979 a 1990, es la única con el laborista Attlee y el conservador Edward Heath que saca una nota de cinco puntos, “porque heredó una sociedad y la transformó en otra completamente diferente”, explica Beckett.
“La derrota y la destrucción del Sindicato Nacional de Mineros fue un momento clave de la historia” de Gran Bretaña, según Francis Beckett.
Al mismo nivel que Thatcher, “BBC Histoire Magazine” coloca al primer ministro laborista Clement Attlee (1945-1951), autor de una amplia nacionalización de la industria y creador de un sistema de protección social y de sanidad pública plebiscitado hasta la llegada de la "dama de hierro".
Si Winston Churchill fue designado en 2002 por los británicos, en un amplio sondeo, "el británico más grande de todos los tiempos", aparece cuarto en esta clasificación, con cuatro puntos.
En cuanto a Tony Blair (3 puntos y duodécimo de veinte en la clasificación), que también ha participado ampliamente en la evolución de la sociedad británica, está minado por su decisión de participar en la guerra en Irak, según Beckett.
“El sector privado está presente ahora hasta en la gestión de las escuelas públicas y de la sanidad pública, y como los conservadores están de acuerdo con esta evolución, este cambio es relativamente permanente", explica el historiador autor de esta consulta.
"Pero la impopularidad de la guerra en Irak y el hecho de que las razones dadas en el momento de la entrada en guerra no sean las mismas que las expuestas después para justificar este conflicto han minado la capacidad de Tony Blair para imponer su visión, y de forma probablemente permanente".