MUNICH.- Benedicto XVI viajará el sábado a su Baviera natal, en el sur de Alemania, donde recorrerá durante seis días las ciudades en las que estudió, trabajó como catedrático y fue arzobispo antes de trasladarse a Roma a principios de los años 80 para convertirse en prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El programa de la visita contempla numerosos actos públicos, entre ellos dos misas multitudinarias al aire libre en Múnich y Ratisbona. Sin embargo, Joseph Ratzinger incluyó también en su agenda un día entero de citas privadas, en el que pasará horas con su hermano Georg y visitará la tumba de sus padres y su hermana.
"El motivo de la visita es precisamente que quería volver a ver los lugares, las personas con las que he crecido, que me han marcado y han formado parte de mi vida. Personas a las que quería dar las gracias", dijo Benedicto XVI en una entrevista concedida a varias emisoras de televisión alemanas antes del viaje.
Para Benedicto se trata del segundo viaje a su Alemania natal desde que fue elegido jefe de la Iglesia católica el 19 de abril del año pasado. En agosto de 2005 participó ya en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, una cita que ya había sido agenda por su predecesor Juan Pablo II, pero que no pudo llegar a cumplir.
Desde entonces ha visitado también la Polonia natal del fallecido Karol Wojtyla, además de España, donde asistió en julio al Encuentro Mundial de las Familias en Valencia. Después de que Juan Pablo II recorriera más de un millón de kilómetros en avión en un centenar de viajes fuera de Italia, Benedicto XVI, de 79 años, asegura que no se siente "tan fuerte como para apuntar en la agenda muchos y grandes viajes".
De todas maneras, este año pretende visitar Turquía y el próximo participar en el encuentro del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Brasil. También quiere visitar Tierra Santa y ha prometido igualmente viajar a Austria.
Según afirmó, durante su viaje a Baviera tendrá un mensaje claro: "El asunto fundamental es que debemos redescubrir a Dios, no a un Dios cualquiera, sino al Dios con el rostro humano, porque cuando vemos a Jesucristo vemos a Dios". Para transmitirlo, dispondrá de un total de 17 citas públicas, entre ellas seis misas y actos litúrgicos.
La primera escala será Munich, la capital del estado federado, donde fue arzobispo entre 1977 y 1981. El sábado se reunirá allí con el presidente alemán, Horst Koehler, la canciller Angela Merkel, y el jefe del gobierno regional, Edmund Stoiber, después de rezar ante el obelisco de Santa María en el centro de la ciudad. Al día siguiente, celebrará una misa a cielo abierto en el parque ferial para la que se esperan 250.000 asistentes y que estará concelebrada por más de 70 obispos y cardenales.
El lunes, el Papa rezará primero en el santuario mariano de Altoetting y después visitará su aldea natal de Marktl, antes de viajar esa misma noche a Ratisbona, una de las ciudades que más han marcado su biografía.
En la ciudad junto al Danubio, en la que Joseph Ratzinger trabajó como catedrático de Dogmática, vive todavía su hermano Georg, también sacerdote y quien durante años dirigió el coro de niños cantores de la catedral de Ratisbona, de prestigio internacional. En la vecina localidad de Pentling, el Papa dispone todavía de una casa en la que pretendía retirarse antes de ser nombrado obispo de Roma.
En Ratisbona, además de la planeada misa al aire libre del martes, Benedicto XVI pronunciará un discurso ante los profesores y alumnos de la universidad en la que trabajó. El miércoles, el programa de la visita tendrá un carácter completamente privado.
Concluyendo la gira, el Papa visitará el jueves la ciudad de Frisinga, en cuya catedral fue ordenado sacerdote en 1951 y donde se reunirá ahora para rezar con sacerdotes y diáconos ante el arca del patrón diocesano San Corbiniano. A las 12:45 tomará en Múnich el vuelo de regreso a Roma.