WASHINGTON.- Cuatro de las cinco escolares asesinadas a balazos el lunes pasado en una escuela de la comunidad amish, fueron sepultadas hoy en un cementerio de la villa de Nickel Mines, en Pensilvania, en una sencilla ceremonia.
El funeral de la quinta estudiante víctima del tiroteo protagonizado por Charles Carl Roberts, de 32 años, se llevará a cabo el viernes.
Previo a las exequias de hoy, y durante dos días, un grupo de deudos visitó cada una de las casas donde yacían los cadáveres de las niñas vestidas con ropa blanca confeccionada por sus familias, para expresarles su dolor.
La comunidad amish considera estas visitas de especial importancia, debido a que, por voluntad propia, carece de comunicaciones telefónicas e Internet. Los ataúdes de Naomi Rose Ebersole, de 7 años; Marian Fisher,13; Mary Liz Miller, de 8, y su hermana Lena Miller, de 7, fueron traslados al cementerio en carruajes tirados por caballos.
Todas las vías que conducen a la villa de Nickel Mines fueron cerradas a la circulación de automóviles y los periodistas que cubre el luctuoso suceso fueron mantenidos en una iglesia de la ciudad de Georgetown, situada en la ruta del cortejo fúnebre.
Otras cinco escolares con edades de 6 a 13 años, heridas en el tiroteo, se hallan en estado crítico en un hospital de la zona, según fuentes del centro asistencial donde se les atiende desde el lunes.
Unas 500 personas asistieron a cada una de las ceremonias fúnebres oficiadas en tres viviendas de las familias dolientes y que tuvieron unas dos horas de duración. Acorde con la tradición de los amish, los ataúdes de madera eran estrechos en la cabeza y los pies, y anchos en la parte central.
Los cadáveres de las niñas amish son vestidos de blanco y con un manto del mismo color en la cabeza. El cementerio donde fueron sepultadas las cuatro escolares está situado en una colina de Georgetown, cerca de Nickel Mines.
La comunidad ha dado su perdón al autor de la tragedia y un grupo amish visitó a la familia de Roberts para expresarle su respaldo moral.
Charles Carl Roberts irrumpió en la escuela de la comunidad de Bart Township el lunes pasado y tras ordenar la salida de los alumnos varones y de las maestras, ató y alineó a las niñas ante la pizarra, para luego ejecutarlas de un disparo en la cabeza.
El comandante de la Policía de Pensilvania, Jeffrey Miller, reveló el contenido de algunas de las notas que Roberts dejó a modo de despedida, en las que este transportista alude, como motivo de sus actos, a la muerte hace nueve años de su hija Elise, que nació prematuramente y sólo vivió 20 minutos.
"Estoy lleno de odio, hacia mí y hacia Dios, y de un vacío inimaginable que parece que cada vez que hago algo divertido pienso en que Elise no está aquí para compartirlo con nosotros y vuelvo a la ira", escribió.
Además, el asesino llamó a su esposa momentos antes de perpetrar los crímenes, conversación en la que le reveló que hacía 20 años había abusado sexualmente de dos niñas de la familia. Sin embargo, las supuestas víctimas negaron el hecho.