SAO PAULO.— Efectivos de la Fuerza Aérea brasileña recuperaron el sábado más de 100 cadáveres del sitio donde ocurrió la peor tragedia aérea en la historia del país carioca, mientras que los pilotos estadounidenses implicados en el caso siguen con sus pasaportes retenidos para que apoyen la investigación.
En el lugar del desastre en una zona de la selva amazónica fueron retirados 18 cadáveres. Según autoridades, en el percance murieron los 154 ocupantes del avión Boeing 737-800 de la empresa Gol Airlines, que cayó a tierra luego de chocar en vuelo con un jet ejecutivo el 29 de septiembre pasado.
Un total de 117 cadáveres han sido recuperados desde que fueron encontrados los restos del aparato en una región de selva densa un día después del incidente. Más de 60 han sido identificados. Un centenar de soldados trabaja en el lugar, indicó la Fuerza Aérea brasileña.
Las autoridades concentran la investigación en el jet ejecutivo Embraer Legacy 600, que era conducido por los pilotos Joseph Lepore y Jan Paladino, ambos del estado de Nueva York.
Al citar investigaciones preliminares, las autoridades sugirieron recientemente que los pilotos podrían haber desactivado el aparato conocido como transponder, que permite la localización de la aeronave.
El Legacy desapareció del radar y la aparente falla de su sistema anticolisión sugirió, de acuerdo a autoridades locales, que el transponder del jet estaba desactivado o averiado.
Los pilotos han negado la desactivación del aparato e insisten en que no incurrieron en fallas. El jet Legacy pudo aterrizar en una base militar en la selva con sus siete ocupantes ilesos.
Las autoridades locales admiten que no hay evidencia suficiente para determinar la causa del desastre, pero dijeron que los pilotos deben permanecer en Brasil hasta que terminen las investigaciones.
El ministro brasileño de Defensa, Waldir Pires, reiteró el sábado que los controladores aéreos de Brasil no cometieron ninguna irregularidad que pudiera haber causado la tragedia.