MANILA.- La Unión Nacional de Periodistas denunció hoy la lentitud de la Justicia en resolver el caso de un periodista filipino que quedó paralítico tras ser disparado por un militar, y que teme sufrir otro atentado para obligarle a cesar su batalla legal.
Alberto Martínez era el conductor de un programa radiofónico en la localidad de Kabacan, en la isla de Mindanao, hasta abril de 2005, fecha en la que recibió el balazo en la espalda que le impide caminar.
Martínez, de 49 años, acusó del ataque a Alvaro Obregon, un general del 75 Batallón de Infantería de Kabacan, en la provincia de Cotabato Norte, que sigue en libertad.
El periodista denunció que viajaba en moto por la ciudad cuando fue seguido por otra moto en la que iban Obregon y dos vecinos de Martínez, que creyó que le querían comunicar algo y paró su vehículo.
En ese momento, según el periodista, Obregon le hizo varios disparos que impactaron en su espina dorsal y en su hígado, donde aún permanece uno de los proyectiles.
Martínez presentó la denuncia ante la Oficina del Defensor del Pueblo, la encargada de tramitar las denuncias de los civiles contra funcionarios del Gobierno.
El locutor denuncia que el caso sigue retenido por la Oficina, que hasta ahora no ha mostrado ningún interés por resolverlo, pese a que el equipo de la presidenta del país, Gloria Macapagal, a la que explicó por carta lo sucedido, le prometió en agosto que agilizaría el trámite.
Esa lentitud, y el hecho de que Obregon y sus presuntos cómplices estén en libertad, hace temer por su vida a Martínez, que se ha acogido a un programa de testigos protegidos y ha cambiado varias veces de domicilio por razones de seguridad.
Martínez dirigía el programa "Buenos Días, Kabacan", donde denunciaba casos de corrupción y la impunidad con la que actúan los traficantes de drogas en esa ciudad, uno de los centros de distribución y venta de anfetamina de Cotabato Norte.
El programa le supuso varias amenazas de muerte que se concretaron con el ataque de Obregón, quien dijo haberse sentido aludido en uno de los programas relativos al narcotráfico, aunque el periodista niega haberlo citado.
Nueve profesionales han sido asesinados en lo que va de año en Filipinas y 46 desde que Gloria Macapagal Arroyo accedió a la presidencia, en el 2001.