LA PAZ.- El presidente Evo Morales repartió el viernes 16.000 hectáreas a 300 familias campesinas sin tierra en el rico oriente boliviano, en el marco de la "revolución’’ agraria que instrumenta contra viento y marea en Bolivia.
El gobernante izquierdista dotó de posesiones a la mitad de las familias de indios guaraníes y yuracares que se habían asentado hace poco en la novísima localidad de Pueblos Unidos, a más de 1.000 km al este de La Paz.
Morales distribuyó las posesiones que hace menos de dos meses confiscó a dos terratenientes bolivianos.
El Presidente se propone retomar para el Estado tierras improductivas en manos de latifundistas y especuladores, principalmente en el oriente, norte y nordeste amazónicos de Bolivia, donde enfrenta una férrea oposición de empresarios y hacendados.
"Vamos a respetar las tierras que sean productivas, pero esas tierras que solo aprovechando el poder político, el poder económico, a veces en las dictaduras, acapararon miles de hectáreas y sólo quieren tierras para negociar, hipotecar o vender, sin trabajar, serán revertidas’’, enfatizó el mandatario.
Dispuesto a mecanizar y promover la vinculación caminera en el agro boliviano, obsequió a una organización de la comunidad cuatro tractores, una motobomba, un generador eléctrico y un camión de alto tonelaje.
A punto de cumplir nueve meses de gobierno, el dignatario ha entregado ya 2,7 millones de hectáreas de tierras cultivables entre los pobres.
El Gobierno impulsa reformas a la ley agraria con la intención de repartir hasta el final de su mandato un quinto de la extensión cultivable en Bolivia de 106 millones de hectáreas.