PEKÍN.- América Latina "podría hacerlo mucho mejor" en microfinanciación pues sólo 5 millones de los 100 millones de personas que salieron de la pobreza con esta herramienta viven en el ese subcontinente, dijo hoy el último Premio Nobel de la Paz, Mohamed Yunus.
"La mayoría de los prestamistas en Latinoamérica se guían por el principio de hacer dinero y esa orientación no es la apropiada. Deberían también buscar hacer bien a la gente", apuntó el bangladeshí en Pekín durante una conferencia sobre microcréditos.
Subrayó que no se trata de un problema de dinero: "El dinero está ahí pero los pobres no tienen acceso a él. Es necesaria la implicación del Estado, con una legislación apropiada y la creación de un fondo mayorista donde se pueda prestar y tomar prestado".
Accesible como su dinero, este economista de 66 años, risueño y ataviado con una camisola de vivos colores, contó que acaba de regresar de España, donde recibió en Ceuta el Premio a la Convivencia, y donde volvió a encontrarse con la reina Sofía, defensora acérrima de los microcréditos.
Y se refirió también a su "gran amigo", el Presidente venezolano, Hugo Chávez. "Es una persona muy sensible", dijo Yunus, quien matizó que la extensión de los microcréditos, apoyada por Chávez, ha sido frenada por "los que lo rodean".
Lejos de encasillarse en afiliaciones políticas, el bangladeshí se refirió también al Presidente mexicano, Vicente Fox, "muy a favor de los microcréditos" y creador del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim) tras reunirse con Yunus en EEUU a comienzos de su mandato.
Guatemala y Costa Rica son algunos de los países donde trabaja este musulmán nacido cuando Bangladesh era parte de la India y, por ende, del Imperio Británico, y que confía en que el galardón sirva para que la microfinanciación deje de ser un fenómeno meramente asiático.
"De los cien millones de prestamistas de microcréditos, 85 millones están en Asia, 10 millones en Africa y sólo 5 millones en América Latina. En Asia, el 50 por ciento están en Bangladesh y la India, y países como China, con 100.000, y Pakistán, con un millón, deberían hacer mucho más", apuntó.
En Bangladesh, con 144 millones de habitantes de los que un tercio viven con menos de un dólar al día, Yunus ha conseguido que el 90 por ciento de las familias pobres tengan acceso a los préstamos a través de su Banco Grameen, fundado hace 30 años y que proporciona créditos sin aval.
"Es la primera vez que el Nobel de la Paz va a las mujeres pobres", dijo Yunus. Se refería a los 6,7 millones de "socias" del Banco Grameen, que presta fundamentalmente dinero a las mujeres, después de que el veterano economista comprobara que ellas son más responsables en la administración de los bienes familiares y, por lo tanto, en la devolución del préstamo, esencial para que la cadena no se rompa.
Visionario o santo, quijote o simplemente persona, Yunus, que ha aportado una visión del capitalismo más humana que muchos consideran merecedora del Nobel de Economía, sigue teniendo ambiciones.
Tras conseguir en 8 años aumentar desde 7,5 millones a 100 millones los beneficiarios de los microcréditos, se propone conseguir 175 millones de prestamistas en 2015, a lo que ayudaría mucho que China se despojara de sus trabas legislativas y se sumara al sistema.
"Ahora tenemos la oportunidad de atraer la atención. Con el Premio Nobel, será más fácil hablar con la gente y discutir de qué va todo esto. Debemos hacer un buen uso del premio para llegar de forma más rápida y más eficaz a la gente. Tenemos que demostrar que lo merecemos", apuntó.