BUDAPEST.- Las celebraciones el lunes del 50º aniversario del levantamiento húngaro de 1956 contra la Unión Soviética estuvieron marcadas por los enfrentamientos violentos en Budapest entre manifestantes de extrema derecha y la policía, que usó contra ellos bolas de goma y gases lacrimógenos.
El programa oficial de ceremonias terminó el lunes por la noche con la inauguración a las 19.56 locales de un monumento cerca de la plaza de los Héroes, dedicado a los sublevados.
Cuando se descubrió la obra de arte, entre 200 y 300 personas que se encontraban en medio de la multitud gritaron: "íGyurcsany, vete!’’, refiriéndose al primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, en ese momento arrodillado ante la escultura.
Horas antes, y cerca de donde se produjeron los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes de extrema derecha, el líder del principal partido de la oposición conservadora (Fidesz), Viktor Orban, se dirigió a una multitud de casi 40.000 personas para exigir de nuevo la dimisión del socialista Ferenc Gyurcsany, ex comunista.
Orban dijo ante la multitud: "Hoy, 50 años después de la revolución y 16 después de la caída del comunismo, hay millones de húngaros que no se sienten libres’’.
La multitud gritó "íVete, Gyurcsany, vete!’’ y le silbó al jefe del ejecutivo húngaro.
Disturbios
Por la tarde, la policía disparó bolas de goma contra miles de manifestantes ultraderechistas congregados cerca de la plaza Elisabeth, no lejos del Parlamento, comprobó un fotógrafo de la AFP.
La policía acabó dispersando a los manifestantes, que sin embargo lograron reagruparse después alrededor del centro de Budapest.
Unas 40 personas sufrieron heridas leves, según el último recuento de los servicios de socorro húngaros.
La policía dispersó hacia la 01.30 horas el último grupo manifestantes, unos centenares parapetados detrás de unas barricadas en el puente Elisabeth, en el centro de Budapest, comprobó la AFP.
Una oficina del partido socialista húngaro (MSZP) situada en Szombathely (oeste) fue incendiada con una botella llena de gasolina u otro líquido inflamable, indicaron las autoridades el lunes por la noche en Budapest.
Pese al incendio, nadie resultó herido.
Por su parte, Gyurcsany declaró en una entrevista con la televisión nacional el lunes por la noche que "la policía actuó con determinación y conforme a las leyes vigentes contra los manifestantes’’.
"Tengo plena confianza en el jefe de la policía y en los cuerpos policiales (...) hemos pedido que utilicen todos los medios garantizados por la ley’’, destacó Gyurcsany.
El primer ministro terminó su entrevista diciendo que los desórdenes provocados por los manifestantes eran "voluntarios’’ y estaban "bien preparados’’.
Durante la jornada, el Parlamento acogió parte de las ceremonias oficiales organizadas por el gobierno de Gyurcsany con motivo del 50º aniversario del levantamiento húngaro de 1956.
Las ceremonias oficiales comenzaron el lunes de mañana cuando se izó la bandera nacional ante el Parlamento de la capital, mientras se escuchaba el himno de Hungría democrática.
Luego los invitados de honor, encabezados por el presidente húngaro, Laszlo Solyom, y el primer ministro, Ferenc Gyurcsany, colocaron uno tras otro una rosa blanca ante el monumento de mármol negro dedicado al levantamiento.
Más tarde se izaron las banderas de las 53 delegaciones presentes, y los delegados, entre los cuales había unos 20 jefes de Estado europeos, entraron al Parlamento para la adopción solemne de una "Declaración de la Libertad, 1956’’.
La insurrección de 1956 comenzó el 23 de octubre con una manifestación estudiantil, y finalmente fue aplastada de forma sangrienta por los tanques soviéticos el 4 de noviembre. La represión dejó 2.800 húngaros muertos, 12.000 heridos, y provocó un éxodo a los países occidentales de 200.000 personas.