WASHINGTON.- Fiscales federales pidieron el viernes restricciones más severas para las visitas que efectúa a sus padres el atacante del ex presidente Ronald Reagan, John Hinckley, pues consideran que la relación interna de la familia es problemática.
Hinckley, quien está en un hospital para enfermos mentales en Washington, goza ahora del derecho de visitar periódicamente a sus padres en su casa de Virginia. El atacante, quien dijo que atacó a Reagan para impresionar a la actriz Jodie Foster, quiere seguir gozando del beneficio de visitas hasta la siguiente primavera, cuando un juez sopese extender sus privilegios.
Se ha programado una audiencia para el martes, cuando se analizará si esas visitas pueden continuar, pero los fiscales dijeron el viernes que era necesaria una audiencia. Ellos proponen que si el juez federal de distrito Paul L. Friedman opta por seguir permitiendo las visitas, uno de los hermanos de Hinckley debe de acompañarlo y luego dar un reporte al hospital.
Citando el informe de un psiquiatra, los fiscales indicaron que les preocupa saber si la madre de Hinckley le está revelando correctamente a las autoridades "cuestiones psicodinámicas... sobre la relación entre madre, padre e hijo’’, o si no lo está haciendo.
Cuando está fuera del hospital, Hinckley está bajo la supervisión de sus padres, debe seguir tomando fármacos psicotrópicos y tiene que ver a un psiquiatra. Debido a que su padre ha estado enfermo, su madre ha sido en gran medida responsable de la supervisión del hijo, señalaron los fiscales.
En marzo de 1981, Hinckley disparó contra Reagan, su portavoz James Brady, un agente del Servicio Secreto y un policía de Washington cuando salían de un hotel.